Por Avanti. Contador de Pamplinas.
El amor está bien pero sentirlo está aún mejor.
Ni cenas románticas tipo “todo incluido para una cena especial” ni regalos forzados por esos centros comerciales que están deseosas de que hagas la Primera Comunión, seas padre, te hagas el traje de gitana y te vayas de crucero en el mismo año.
El amor se demuestra queriendo y la mayoría de las veces el querer se demuestra sin la obligación de tener que demostrarlo.
El amor sale cuando te llega la tan deseada jubilación y lo primero que haces, al sentarte en el sofá y dar las gracias ,es llorar por las cosas que tenías pensado hacer con ese amor que aunque hace tiempo que se fue no se fue del todo.
El amor es cambiar el butano mojado y con frío, es echarte el cachito más pequeño de pescado, es no tomarte la última cerveza que queda fría en el frigo por si a ella le entra sed…es pensar que el que viene detrás es tu mejor mitad.
Ni corazones rellenos de bombones ni colgantes con amores eternos forzados…el amor es una mirada en el momento indicado.
El amor es tu abuela llamándote, el amor es tu padre solucionando (una vez más) tus problemas, el amor es tu hermano cogiendo el remo que hace que la barquita vaya a buen puerto.
El amor es volver de la barra del bar siempre con dos cervezas, el amor es escuchar los problemas de un amigo y que te duelan más que los tuyos.
El amor no se encuentra rodeado de velas románticas…el amor de verdad te lo encuentras a los pies de las camas de los hospitales.
Brindo por el amor de verdad…ese que nunca llega del todo porque en verdad siempre estuvo contigo.