500 Años del Motín del Pendón Verde

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Por Virginia Lopez.

El 8 de mayo del año 1521 está marcado a fuego en la historia local de nuestra ciudad. Hoy se cumplen 500 años de aquellos sucesos que protagonizaron los bravos vecinos de la calle Feria y que se repitieron en el mismo lugar un 22 de mayo del año 1622. De ahí que ambos episodios, casi idénticos, se confundan.

268 años antes de que el pueblo parisino se rebelara ante el poder real clamando contra la subida de impuestos, los privilegios de los dos estamentos superiores –clero y nobleza – y demandara pan, un grupo de sevillanos hacía lo propio en una calle tan popular y céntrica como es la calle Feria, auténtica arteria agro-comercial de Sevilla en torno a su emblemático Mercado de Abastos, que hunde sus raíces en el siglo XIV.

Las malas cosechas que se sucedían desde la sequía de 1519 se unían a la inflación galopante que provocaba la llegada ingente de oro de América. A principios de ese año la fanega de trigo costaba 700 maravedíes, una cifra exorbitante e inalcanzable para la población cuya hambruna contrastaba con el estilo de vida opulento y derrochador de las clases nobiliarias. A medida que el hambre se apoderaba de las familias, la crispación iba en aumento. Y las arcas reales estaban siempre sedientas de impuestos, que no dejaban de subir.

Pintura de Manuel Fernández (1846)

Ese día, los habitantes de la calle Feria recorrieron la ciudad vociferando sus peticiones de pan ante la hambruna generalizada que azotaba Sevilla y lanzando piedras y todo tipo de objetos, camino de las casas consistoriales, situadas en el Corral de los Olmos, hoy Plaza Virgen de los Reyes. Allí, el Asistente, Sancho Martínez de Leiva les prometió que repartiría fanegas de trigo entre los más necesitados y les ofreció vino.

Pero al día siguiente los cabecillas de la rebelión, entre ellos el carpintero Antón Sánchez se apropian de armas y piezas de artillería del palacio de Medina Sidonia, en la Plaza del Duque e incluso liberaron a presos de la Cárcel Real.

Ante el temor de que se repitiera el levantamiento de los Comuneros de Castilla – la Batalla de Villalar donde las tropas de Carlos V les derrota había tenido lugar el 23 de abril de ese año –, el Asistente se hizo con el control del ejército acuartelado en la ciudad y al día siguiente, 10 de mayo, aplastó la rebelión mandando ajusticiar a los principales cabecillas. A cuatro de ellos se les decapita y cuelga del Palacio de los Marqueses de la Algaba.

Así acabó la revuelta. Pero el recuerdo de la rebeldía quedó en el ánimo de la población del lugar, mayoritariamente morisca y que llegó a entrar en la Iglesia de Omnium Sanctorum, situada en la calle Feria entre el mercado y el palacio, para enarbolar un pendón verde custodiado en la capilla bautismal como botín de guerra a los andalusíes.

El estudio vexilológico de la bandera andaluza – llamada Arbonaida, que significa bandera en andalusí – atestigua que el blanco procede de los almohades y el verde de los andalusíes. Parece ser que ese pendón procede de las tropas de Boabdil derrotadas en la Batalla de Lucena de 1483 por los Reyes Católicos.

Desde hace años, la torre de la Iglesia de Omnium Sanctorum se adorna de banderas en las procesiones religiosas, incluyendo la verde de las tres medias lunas.

Sevilla en el siglo XVI

Se ha creado una asociación cultural para reivindicar el Motín del Pendón Verde a través de una serie de conferencias y actos que tendrán lugar hoy en el Palacio de los Marqueses de la Algaba.

Quizá se coloque alguna placa recordando los hechos. Recientemente se ha colocado en el mercado una placa cervantina que alude al carácter bravo de los vecinos de la calle Feria descrito por Cervantes en El Rufián dichoso y otras obras suyas.

Esta entrada tiene un comentario

  1. Miguel Álvarez Blanco

    Realmente muy interesante, y nos hace pensar que poco sabemos de nuestra historia y aún la juventud de hoy día

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