Por Diego Jiménez.
«Ahora ya no lo soñamos, llegó al fin lo que esperamos: la gloria, la maravilla del cielo azul de Sevilla en un Domingo de Ramos», declamaba mi buen amigo y admirado, Juan Miguel Vega, pregonero de la Semana Santa de Sevilla de 2024.
Gracias querido Juanmi por regalarle al mundo un pregón cargado de mensaje, vivencias, anécdotas y, sobre todo, de mucha energía de amor para seguir sembrando en una ciudadanía que necesita más que nunca encontrarse, volver a la esencia de los valores de humildad, honestidad, solidaridad y compromiso con uno mismo y con los demás.
Ya llega papá otra Semana Santa en esta bendita Ciudad Mariana. Lo noté hace algunas fechas en el calendario cuando al salir de casa me impregnaron los aromas del azahar de Sevilla; y el olor a incienso en los pasillos de la RFAF en un barrio con vida propia como el Cerro del Águila.
Los días previos a la Semana Mayor de Sevilla me traen a la mente recuerdos de hermosas historias vividas a modo de costumbres familiares que cada Miércoles Santo se repetían a los pies de un naranjo junto al puente de San Bernardo, al paso del Cristo de la Salud y la Virgen del Refugio en su camino a la Catedral.
Historias que se quedan en mi memoria, en mi corazón y que ya no volverán. Historias de padres a hijos y de padres a nietos en forma de vida, de risas, de besos, de silencios, de contemplación, de oración, que son experiencias de vida disfrutadas con las personas a las que amas.
La vida es eso, disfrutar del presente, de cada instante y fluir cuando toca, sabiendo que los años pasan, nos hacemos mayores y el tiempo nos lleva por otros caminos distintos a los que recorrimos y disfrutamos.
A los pies de un naranjo me intento detener, aunque sea un instante, cada Miércoles Santo, para traer al presente lo vivido y amado. Una sensación de belleza infinita de disfrutar de una Ciudad cargada de luz, de contrastes, de sensaciones.
No te apures papá porque tus limitaciones al caminar te impidan disfrutar a los pies de un naranjo junto a tus hijos y nietos. Yo lo sigo disfrutando por los dos, por todos; te prometo que juntos lo volveremos a recordar con alegría a través de estos pasajes que anuncian una nueva Semana Santa en Sevilla.
“Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla y un huerto claro donde madura el limonero”, escribía de forma magistral el poeta Antonio Machado.
Y volveré a los pies de un naranjo.