¿A quién está dedicada la calle Martínez de Medina?

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Por Virginia López

La calle Martínez de Medina se encuentra en Nervión. Comunica Santo Domingo de la Calzada con Luis de Morales. En ella se encuentra el Colegio Buen Pastor y en la esquina hay un Women’Secret, justo enfrente del Nervión Plaza. Aporto estos datos para situaros porque habéis pasado por ella, andando o en vehículo, infinidad de veces.

Al estar rotulada sin nombre de pila, cabe preguntarse, pues no hace distingo entre los tres personajes posibles, a quién está dedicada.Si al fraile Diego Martínez de Medina, al poeta Gonzalo Martínez de Medina o al tesorero Nicolás Martínez de Medina.

Acudimos al Diccionario histórico de las calles de Sevilla para comprobar que, en 1950, fue brindada al poeta Gonzalo Martínez de Medina. Y no se alude al resto.

Puesto que, ninguno de los otros tiene dedicada una calle, es inevitable pensar que pueda ser un triple homenaje, una manera de simultanear economizando o de jugar al despiste.

Lo cierto es que los tres personajes están íntimamente relacionados, tanto, que son padre e hijos. Los que no han sido homenajeados públicamente pertenecen a esa esfera semioculta de la intrahistoria, por eso el poeta se ha llevado, como suele ocurrir merecidamente, todos los honores.

Pero para conocer la vida cotidiana de la Sevilla del Cuatrocientos, merece adentrarnos, a lo orteguiano, en la vida y circunstancias de estos personajes.

Nicolás Martínez de Medina nació en Sevilla, en fecha desconocida del siglo XIV. Era hijo de Martín Martínez de Medina y de Juana Fernández Carrillo. Procedía de una familia de conversos que desde principios de siglo detentaban importantes puestos concejiles y en la Hacienda. Se le presuponía dicho origen que fue confirmado por Isabel Montes Romero-Camacho.

 Retrato de viejo judío, Rembrandt (1654)

Fue un importante hombre de negocios, asociado con otro linaje de conversos, los Marmolejo, con quien también emparenta. Acumuló vastas extensiones de tierras en el Aljarafe, por ejemplo la mitad de Castilleja de Talhara, donde fue Señor de Gelo. Ambos lugares constituyen el germen de Benazacón.

Paralelamente desarrolló una importante carrera política, desde que fuera nombrado Veintiquatro de Sevilla y desde el 1400 ya era Procurador en Cortes. Pero los principales cargos que detentó, eran de carácter económico, alcanzando la cumbre al ser nombrado Contador Mayor de Castilla y Tesorero Mayor de Andalucía. Cargos que mantuvo hasta su muerte. Llevó la tesorería de pedido de Toledo, Murcia y Sevilla. No podemos pasar por alto que la Sevilla precolombina era la principal fuente de ingresos de la corona.

Pese a dejar de residir en Sevilla, mantuvo un fuerte y constante contacto con la ciudad, beneficiando holgadamente a sus allegados y tuvo un gesto importante: libró a Sevilla de la enorme multa impuesta por el Rey Enrique III por el asalto a la judería del 6 de junio del año 1391.

En la guerra civil castellana (1437-1445) mantuvo siempre su fidelidad a Fernando de Antequera, así como a sus hijos, los Infantes de Aragón, apoyados por los principales nobles sevillanos, entre ellos los Stuñiga (con el tiempo derivan en Zúñiga) enfrentados a su vez a los Guzmán.

Nicolás Martínez de Medina se casó con la toledana Beatriz López de las Roelas con quien tuvo seis hijas (Juana, Leonor Constanza, Beatriz, Isabel e Inés, casadas con los primordiales linajes sevillanos) y dos hijos, los mencionados Diego y Gonzalo.

Testó el 1 de marzo de 1434 en Medina del Campo, donde muere.

Monasterio de San Jerónimo

Fue enterrado en Sevilla, pudo ser en una capilla del Convento de San Francisco o momentáneamente en la Capilla de Santiago de la Catedral de Sevilla mientras se construía el monasterio de San Jerónimo de Buenavista.

Su hijo Diego Martínez de Medina nació en Sevilla hacia el año 1376 y es el fundador del Monasterio de San Jerónimo de Buenavista, en 1414. Bien merece una calle en el barrio homónimo que surgió en torno al mismo. Desde joven destaca en la jurisprudencia y fue reclamado por sus padres para que interviniera en unos asuntos jurídicos. Obtuvo permiso del monasterio jerónimo de Guadalupe y como sus padres lo querían aquí, le propusieron la fundación. La cual se llevó a cabo en una zona agraria del norte de la ciudad denominada pago de los Mazuelos o Buenavista, por su cercanía al río. Obtuvo grandes donaciones para la fundación y la herencia materna fue destinada íntegramente. Ocupó el cargo de primer prior y le sucede el sevillano Juan de Medina, quien lo había acompañado desde Guadalupe. Muere en el año 1446

A instancias del Arzobispo de Sevilla Diego de Anaya Maldonado, intervino en el enésimo enfrentamiento entre facciones nobiliarias hispalenses. La muerte del Rey Enrique III en el año 1407 enardeció las rivalidades, sofocadas por el Maestre de Santiago, Lorenzo Suárez de Figueroa – el que funda el Convento de Santiago de la Espada, hoy Colegio de Mercedarias en calle San Vicente –y reanudadas en 1416 por las disputas entre los rivales Pedro de Estúñiga y Alonso Pérez de Guzmán, ambos Alcaldes mayores de Sevilla (cargos judiciales) y cuñados de familia. La intervención de Fray Diego en 1427 logró reconciliares, momentáneamente.


Las tentaciones de San Jerónimo, Valdés Leal (1657)

Los datos biográficos de su hermano Gonzalo Martínez de Medina son escasísimos y solo nos llegan sus obras, al no conocerse que detentara cargos económicos y políticos como el padre, salvo el de jurado – cargo que también tuvo su hermano antes de ser jerónimo – y su relación con Juan Hurtado de Mendoza, Mayordomo de Enrique III, o religiosos como el hermano. Parece que nace en Sevilla hacia el 1380. Se conservan dos dezires suyos, un tipo de poesía de la época, en el Cancionero de Ramón de Llavia y una serie de poemas suyos de tono profético en el famoso Cancionero de Baena, donde también nombran a su hermano Diego,.

Los expertos no se ponen de acuerdo en dilucidar si hubo dos hermanos poetas o se confunden los nombres en un solo vate. Ciertamente la figura del padre está perfectamente delimitada, así como la del hermano jerónimo apodado Diego de Sevilla, siendo Gonzalo Martínez de Medina un enigma difícil de clarificar.