Por Avanti. Contador de Pamplinas.
No hay nada más gratificante en esta vida que ver como se arranca un problema con los dos pitones apuntándote a la femoral y darle un par de pases de pecho que ni Belmonte.
Problemas con la boca llena de albero.
Esos son los problemas que a mí me gustan, los que al pasar pegados a la taleguilla se quedan comiendo albero durante un par de meses.
Hay dos tipos de problemas; los que tienen solución y los que no. Los que pasan y te llevan a la enfermería y a los que les cortas las dos orejas y rabo después de una buena faena.
Siempre he dicho que si un problema tiene solución mejor no preocuparte y si no la tiene…pues tampoco merece la pena que le dediques ni un segundo de tu vida.
Las comeduras de coco gordas mejor para cosas importantes como buscar bares abiertos cuando te encuentras a un amigo o estar pendiente por si el naranjo de tu acera da de una vez por todas el primer azahar del barrio.
Quillos y quillas con capotes de optimismo venteando temporales de problemas…esos son los quillos y quillas buenos de verdad, los que recogen la ropa del tendedero los días de lluvia con una sonrisa.
Ni papeles, ni cartas certificadas, ni recibos del banco ni leche migá…no hay mayor problema que no saber afrontar los problemas.