Calles duplicadas de Sevilla

Por Virginia López.

Una costumbre que era de antaño y que aún, sorprendentemente, pervive.

Este año se cumplen 250 años del famoso Plano de Olavide – gracias a Reyes Pro Jiménez la efemérides no ha caído en el olvido – llamado así porque fue el Asistente Pablo de Olavide, el que mandó hacer uno por vez primera, así como rotular las calles. Anteriormente se habían hecho planos sectoriales, por tanto, incompletos. No piensen que las calles sevillanas carecían de denominación, pero sí de nomenclátor, aunque cuesta pensar cómo se movería uno por la Sevilla antigua sin ver el nombre de las calles. No hacía falta, en una población mayoritariamente iletrada la gente se movía por indicadores de iglesias y conventos, casas palacios y habitantes ilustres, gremios y tiendas, animales y cualquier elemento significativo.

En esa labor urbanística tan importante desarrollada por Olavide, ya hubo una criba que eliminara la duplicidad de calles y presupongo que haya habido filtros posteriores. Lo cierto es que perviven en la actualidad curiosas duplicidades, que quizá traigan de cabeza al servicio postal. Teniendo en cuenta que la web del Servicio de Estadísticas municipal no está actualizada, en una ciudad que crece – aunque no lo parezca – y donde abundan en la actualidad los reconocimientos a personas, por encima de denominaciones no personales.

El caso más curioso es el de San Diego. Existen hasta cuatro vías urbanas con esa denominación. Ya hasta el personaje juega al despiste: San Diego nace en San Nicolás del Puerto pero muere en Alcalá de Henares, por ese se le conoce con ese apelativo. Hay quien reivindica su origen, pero no tiene sentido cambiar la denominación porque en el santoral lo importante es el día en que la persona nace a la vida eterna, por consiguiente, muere en la terrenal. De ahí que San Isidoro de Sevilla no sea San Isidoro de Cartagena.

Por un lado tenemos el callejón San Diego en Santa Cruz, la calle San Diego en el Arenal, la Glorieta San Diego en el Prado y la calle San Diego en el barrio homónimo. La principal es la retorcida callecita que une Real de Carretería – injustamente borrada Varflora – con Dos de Mayo, recibe el topónimo desde al menos 1665 por un retablo en honor al franciscano. Desde aquí animo a que se restituya pues no le quedó ninguno en la ciudad. El callejón San Diego es un resquicio de barreduela que desemboca en la antigua plaza de los duelos, hoy de los Venerables. Callejoncito de escasos metros que tiene una vivienda cuyo número corresponde a la plaza. A ambos lados, las traseras del mejor jamón y del seductor caballero. El diccionario histórico de 1993 erra al decir que es una calle desaparecida. El Convento de San Diego ocupaba – de 1580 a 1784 – lo que hoy es el Teatro Lope de Vega, otrora Casino de la Exposición de 1929. El nombre pervive más en el recuerdo que en el uso práctico de la zona rebautizada por la gente por el teatro, parque, Cid, universidad, etc. El Núcleo Residencial San Diego, distinguible con sus pisos anaranjados de afilados soportales hoy enrejado – me resulta curioso que ahora que hay mayor seguridad, protejan los bloques de pisos – no tiene calles rotuladas. Solo la calle San Diego que la bordea en zig-zag, lo que ocurre es que no se repara en ella, sobre todo desde que está zona quedó integrada con las modernas avenidas de Mujer Trabajadora y Manuel del Valle. También tiene unos jardines con su nombre. El Ayuntamiento elaboró de aquí un banco de imágenes, proyecto que debería hacer extensible a cada barrio, aunque los grupos de Facebook han ayudado mucho a recuperar el pasado gráfico de Sevilla e Ignacio Camacho Martínez lo está plasmando en ensayos.

Se da el caso de que dos calles, llamándose de distinto nombre, se refieran al mismo personaje. Un doble homenaje inexplicable. Es el caso de Bartolomé de las Casas, con su bocacalle en Zaragoza y la calle Procurador en Triana, su barrio natal. Para que luego digan que la ciudad no es dual.

Hay otras calles cuyos nombres son tan parecidos que llaman la atención: Romera, modalidad del cante jondo, en San Pablo y Romero, en Pino Montano; Pinto en Puerta Osario y Pinta en El Fontanal; Concepción, es una barreduela de la Plaza de San Agustín junto a la Puerta de Carmona y Virgen Inmaculada es una calle de Triana; Consuelo es un callejón de Santa Cruz, Consuelo de los Afligidos es de Las Letanías y Virgen de Consolación está en Los Remedios; Granada en la Plaza Nueva y Granado en Torreblanca.

La calle Alonso Martínez, ¿está dedicada al discípulo de Martínez Montañés autor de dos Inmaculadas de la Catedral en el XVII o al primer Maestro Mayor que tuvo la Catedral entre 1386 y 1396 cuando aún era mezquita?

La calle Afán, como cualidad positiva, en Palmete, se puede confundir con el personaje Afán de Ribera, cuya calle es una vía principal del Cerro del Águila. Sus descendientes protestaron enérgicamente cuando se propuso dedicarla a Monseñor Amigo. Razón no les faltaba pero supongo que no desconocerán que los homenajes a este personaje también están duplicados. Ese bonito bulevar arbolado hubiera ido mejor que ese minúsculo tramo de Placentines y la calle Perafán de Ribera, en la Resolana, está más en consonancia con el nombre del esposo de Catalina de Ribera.

Más ejemplos de duplicidades: existe la calle Rocío en Triana y la Plaza del Rocío en Heliópolis. En Bellavista tenemos una calle Salamanca y un Pasaje de Salamanca.

No son los únicos casos.