Por Virginia López.
“Todos los caminos conducen a Roma…”
Y cada vía romana, en ese maremágnum – más bien “terramágnum” – de kilométricas calzadas, tenía su denominación que no siempre era un nombre sino que podía ser un número. Ya ven, estos “locos” romanos adelantándose a los “modernos” neoyorquinos con sus calles numeradas.
En la Sevilla histórica, algunas puertas de la muralla se denominaban indicando la dirección que se tomaba en su salida y solía tener un equivalente en la localidad receptora. Tomemos como ejemplos la sevillana Puerta de Jerez y la jerezana Puerta de Sevilla en línea.

No así ocurría con las calles, siendo éste un fenómenos contemporáneo más propio de homenajes o diríamos que hermanamientos.
Si se preguntan si en Sevilla hay una calle para cada ciudad andaluza, la respuesta es afirmativa:
- La calle Huelva, rotulada así desde 1917, es esa callecita estrechita que casi nadie coge para ir de la Alfalfa a la Plaza del Plan. Somos de itinerarios fijos y cogemos la populosa Alcaicería, vestigio del zoco de la Sevilla islámica y que aún sigue llena de tiendas. Si tienen niños jueguen al escondite entre Huelva y Herbolario. Y si no lo tienen, ¡jueguen también!
- La calle Córdoba sí que es transitada, con esa antigua tradición casi perdida de zapaterías. Tiene una reminiscencia antropológica de cuando la Iglesia del Salvador era Mezquita Aljama y había que descalzarse para entrar. Se rotuló así desde 1908.
- La calle Jaén desemboca en la Plaza Nueva desde Albareda. Yo la llamaría la calle del “busco donde dejar el coche / la moto en el centro”. Es una calle nueva creada a mediados del siglo XIX.
- La avenida de Cádiz se llamó así desde 1936 por la primitiva Estación de Cádiz, también llamada Estación de San Bernardo, por radicar en ese barrio. Fue la primera estación que tuvo nuestra ciudad, inaugurándose el 1 de marzo de 1853 la línea Sevilla – Cádiz, mientras que la Estación de Córdoba es de 1859. Si les toca en el Trivial la pregunta de cuál fue la primera línea ferroviaria española ojo con los matices: la primera línea fue Jerez-El Puerto pero era de mercancías (1829), la segunda fue en Cuba (1837), por tanto fuera de la península y la tercera, en la península y con transporte de personas, fue la línea Barcelona-Mataró (1848).
- Málaga también ha recibido su avenida desde 1932, paralela a la de Cádiz y cerca de la Estación de Autobús del Prado. Pero el bus a Málaga se coge desde la Estación de Plaza de Armas, no se confíen.
- La calle Granada pasa bastante desapercibida por ser justo la que transcurre junto al Ayuntamiento entre la Plaza Nueva y la Plaza de San Francisco. Desde la esquina de Tetuán porque el trocito del Arquillo frente a Constitución se considera parte de la Plaza de San Francisco. Es de la misma época que la calle Jaén.
- Y la calle Almería también está presente en nuestro callejero desde 1977 pero su ubicación parece que hace honor a su lejanía. Es una callecita residencial de pisos modernos, segunda bocacalle a la derecha de Baños entrando desde Torneo. Rodeada de calles de sabor marinero: Dársena, Bajeles, Blasco de Garay, Redes; su ubicación, paralela, al río, es definitivamente un acierto.

Me atrevería a afirmar que a muchos de vosotros os suena un conjunto de calles con nombres de ciudades en los alrededores de la Plaza Nueva, de hecho ya hemos citados a dos de ellas, andaluzas. Tiene que ver con el nacimiento reciente de la propia plaza producto, como se sabe, del derribo del Convento Casa Grande San Francisco. La Plaza Nueva se inauguró en 1852 y cuatro años después quedó configurado su entorno y edificios con calles como Bilbao, Madrid, Zaragoza y Badajoz. Un tanto aleatorio.
En nuestra ciudad no podía faltar la Avenida de Andalucía y toda población española tiene su Plaza de España. La nuestra… ¡qué decir de la Plaza de España de Sevilla que no se haya dicho! Eso me recuerda a Italia donde en cada localidad hay una Plaza de San Pedro. Pero las comparaciones son odiosas.

En Sevilla no hay una calle para cada una de las capitales de provincia que hay en España. Sí hay calles para Ceuta y Melilla, en San Jerónimo y para Baleares y Canarias, en Heliópolis. Algunos puñados de calles con nombre de ciudad española se concentran en Rochelambert, Bellavista, El Cerro del Águila o El Tardón. Las calles Santander y Gerona aparecen aisladas en el Arenal y en Santa Catalina, la céntrica calle Segovias hace referencia histórica a la familia allí residente, pero no hay una calle sevillana dedicada a la ciudad, como tampoco lo hay para Zamora. Hubo una rotulada así por el político Alcalá-Zamora y el actual Pasaje Zamora es por el concejal que vendió los terrenos colindantes a Menéndez Pelayo. La calle San Sebastián está dedicada al santo, no a la ciudad. Y Teruel sí existe en nuestro nomenclátor urbano.
Castellón de la Plana, Lugo o Cuenca, por citar más ejemplos, aún no han encontrado su huequecito en nuestro callejero. Será cuestión de proponerlo.
Y hay un buen lote de calles con nombre de ciudades que pertenecieron al desaparecido barrio trianero de la Dársena y que no han sido repuestas: Pontevedra, Orense, Valladolid, Vitoria, Albacete, Ciudad Real, Toledo, Murcia, Cáceres, Alicante y La Coruña. Desde aquí animamos al consistorio a reparar el desagravio.
Y en cuanto a las Comunidades Autónomas, la calle Cantabria es del Barrio de San Lorenzo y cerca de la Alameda subsiste la calle Vascongadas. Cataluña y Navarra están en San Jerónimo. La calle Rioja se llama por el poeta. Y en el Barrio de Villegas hay 11 calles, incluida la Comunidad Andaluza.
Históricamente había calles cuyo nombre provenía de los grupos extranjeros que allí trabajaban y residían. El caso más conocido es el de la antigua Génova, hoy Constitución, que permaneció invariable durante siglos hasta que varió al compás de los tiempos políticos hasta su acertado final. Son conocidas las calles Alemanes, Placentines – por la localidad italiana de Piacenza –, Muro de los Navarros, Francos no es por los franceses sino por las franquicias comerciales concedidas por los monarcas y se perdió Catalanes que era Albareda.

En cuanto a nombres de países, también los hay lógicamente y algunos concentrados en tres barrios:
Heliópolis, como no podía ser menos dado que fue el barrio naciente al calor de la Exposición Iberoamericana de 1929 con calles como Bolivia, Jamaica, Holanda o Perú. Además Heliópolis significa precisamente “ciudad del sol”.
El Porvenir, un barrio similar, también de los años 20 del siglo pasado con calles de países y capitales como Colombia, Bogotá, Brasil o Montevideo.
Y Los Bermejales que con su Paseo de Europa, un bonito boulevard arbolado, tiene un amplio repertorio dedicado a la Unión Europea, alternando calles de países como Italia, Dinamarca o Grecia, y de ciudades tales como Siena o Londres.
Finalizamos este peculiar recorrido recordando que ninguna calle de la Isla de la Cartuja recibió el nombre de algún país sino de descubridores.