El Ayuntamiento inicia una nueva etapa en la Bienal con la dirección de Chema Blanco y un grupo activo de colaboración de expertos en el mundo del flamenco
La exhibición, el acompañamiento de los artistas, la formación e investigación y la internalización serán ejes primordiales en su trabajo.
El delegado de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo, Antonio Muñoz, ha presentado hoy en el Centro Cerámica Triana al nuevo director de la Bienal de Flamenco, Chema Blanco, que ha estado acompañado del grupo colaborador formado por cinco miembros que participarán de forma activa en la edición XXII de esta cita. Durante el acto, Muñoz ha señalado que “se abre una nueva etapa en la Bienal. Ahora más que nunca queremos que la Bienal de Flamenco sea la referencia desde Sevilla para el mundo. Y estaremos trabajando en este sentido durante todos los días del año. Sevilla debe seguir liderando con la Bienal el hecho flamenco. Somos un escaparate y estamos convencidos de que las líneas de trabajo que pone encima de la mesa el nuevo director nos llevarán a ser nuevamente capital del flamenco”.
Blanco afronta el reto con la certeza de que tiene entre sus manos “un proyecto ilusionante que quiero poner en marcha tras este periodo pandémico que hemos experimentado. Quiero que sea la Bienal del optimismo. Sevilla no podría ser del todo una ciudad del siglo XXI si una de sus principales referencias culturales, por no decir la más importante, no lo es también”.
La XXII Bienal de Flamenco será lugar para la exhibición. Una herramienta que hará que la ciudad pueda sentirse viva durante todas las horas del día, en la mañana, en la tarde y en la noche. Se dará importancia a los proyectos liderados por artistas que estén comprometidos con este Arte, con la creación, con los lenguajes multidisciplinares. Se implicará a los creadores, de la misma forma que a los que aportan valor al hecho flamenco desde la tradición. Tendrán cabida los proyectos que se sumen a esa idea de “ciudad creativa, ciudad de las ideas”.
Para ello, el nuevo director apuesta por aprovechar las sinergias que brinda la propia ciudad, tanto a nivel artístico como institucional, para favorecer encuentros con el arte flamenco y otros artistas que procedan de diferentes disciplinas. Así pues, el rock, el pop, la música antigua o la electrónica y eventos en la ciudad como el Monkey Week, el FeMÀS o Nocturama podrán ofrecer escenario para que esta agitación cultural en la ciudad también incluya el flamenco como ejemplo de un arte vivo, en permanente evolución y en constante diálogo con estilos musicales diversos.
La Bienal de Flamenco debe asumir, en palabras de Blanco “la responsabilidad de ser uno de los epicentros más importantes de la efervescencia cultural de la ciudad. Provocar movimientos genuinos que solo puedan ocurrir aquí”. Los espacios escénicos habituales de Bienal, como los teatros, podrán contar con una programación flamenca coordinada; además, la Factoría Cultural, CICUS, las Casas Palacio, etc., convivirán con otros escenarios como las Galerías de Arte, lugar natural de exposiciones y performances con temática flamenca, pero también llegarán los acuerdos con las Peñas Flamencas.
En este sentido, una de las líneas de trabajo será el acompañamiento y apoyo a los artistas. El director ha comentado que “no existen salas para que los creadores ultimen sus proyectos antes de que puedan ofrecer su obra en un gran escenario”. Se apuesta por facilitar el acceso a otros lugares, como las salas de teatro independientes o las de los distintos distritos en la ciudad como espacios de ensayo o work in progress para artistas residentes. Las residencias serán otras de las grandes apuestas como línea de trabajo.
No menos importante es la internacionalización, porque situará a Sevilla en el panorama de la cultura mundial. El flamenco y la Bienal podrán ser foco de atención y de proyección turística fuera de sus fronteras. La próxima edición aspirará, al menos, a poder ofrecer dos coproducciones internacionales. De esta forma, la marca Bienal estará asociada a los artistas que participen en los festivales internacionales y suban a los escenarios de teatros en París, Londres o Nueva York. Y la Bienal estará donde estén ellos.
La próxima edición propondrá la creación de la Escuela Bienal, un espacio para la formación que acogerá las enseñanzas de diferentes maestros y maestras ofreciendo talleres y cursos en periodo Bienal. Se establecerá contacto con las Academias de Baile en la ciudad y con la Fundación Cristina Heeren, que podrán brindar una formación de excelencia a los muchos amantes del flamenco que deseen participar en estas enseñanzas.
Pero también la Bienal quiere ser lugar para la reflexión, el análisis y la investigación. El legado del pasado servirá para entender el presente del universo flamenco y construir un futuro más rico para las generaciones venideras. Se establecerán lazos con las Universidades, y especialmente con el CICUS, a través de la creación de un Programa Común para la Investigación, Reflexión y el Desarrollo del Arte Flamenco.
Se potenciará la creación de un Archivo Municipal del Flamenco con material procedente de la Bienal y de la propia Hemeroteca Municipal. Los archivos personales de artistas y profesionales de la ciudad podrán unirse y servir como una herramienta de consulta y trabajo a los investigadores e interesados. Se promocionarán proyectos de investigación mediante ayudas para posteriormente editarlos y publicarlos. Se realizarán convocatorias para la puesta en marcha de talleres con artistas e investigadores, donde el pensamiento y la creación estén presentes y donde la teoría crítica y la práctica artística confluyan. Se trabajará para poder realizar un Encuentro Internacional en torno al Arte Flamenco con presencia de investigadores, artistas, programadores y otros agentes del sector.
Se pondrán en marcha programas específicos de captación de nuevos públicos implementando, en diferentes espacios municipales, actividades que fomenten y dinamicen el conocimiento y la divulgación del flamenco como herramienta y recurso educativo. La intención es la implicación de colectivos de diferentes edades, desde el público más infantil hasta los niveles educativos universitarios. Por ello, se firmarán convenios con centros educativos y Universidades y se programarán encuentros con creadores buscando la interacción entre diferentes colectivos y la transmisión del conocimiento.
Cinco miembros para un grupo activo de colaboración
Todas estas ideas esbozadas en la rueda de prensa por el director de la Bienal, contarán con la colaboración del denominado “grupo de ampliación del conocimiento y desarrollo del Flamenco”. Estará formado por cinco miembros que han sido presentados hoy. Serán Sara Arguijo, periodista y experta en flamenco; Cristina Cruces, doctora de Geografía e Historia y profesora titular de Antropología Social de la Universidad de Sevilla; Alberto García Reyes, periodista y experto en flamenco; Iván Periáñez-Bolaño, doctor en Antropología por la Universidad de Sevilla e Isabel Rodríguez Palop, periodista y experta en flamenco.
Será un grupo activo, dinámico, flexible, participativo, que aportará su conocimiento y su experiencia, con parcelas concretas de responsabilidad y toma de decisiones estratégicas, consensuadas con la dirección, que ayudarán a configurar propuestas de valor. Con posibilidad de debatir, cuestionar, repensar y plantear nuevas vías de crecimiento en torno al flamenco.
La difusión de la historia del flamenco y su relación con las Peñas; el flamenco y la mujer; la conexión entre el pasado y el presente del arte flamenco, la mediación y el consenso; la parte más didáctica de esta disciplina; y el punto de vista antropológico junto al binomino Flamenco Gitano, serán temas de trabajo transversales, permanentes, durante el proceso de montaje de una programación que ya se empieza a confeccionar y que conformará la XXII Bienal de Flamenco en 2022.