Por Raúl Delgado.
Venía a decirnos Pepe Muñoz, @AlmonteMuoz, en su artículo «Conmemoraciones», la poca repercusión que tiene todo lo relacionado con D. Blas Infante Pérez de Vargas, padre de la patria andaluza. Y la verdad, más razón que un Santo, como decían nuestras abuelas.
-Que digo yo Marín, que con la calor que hace, el gafitas se podía haber muerto en noviembre… -Fusilado Juanma, fusilado… -No, Marín, fallecido mejor, así no se enfada Serrano, que bastante mosqueo tiene ya con los dineros inapropiados y es mejor llevarnos bien entre todos.Porque espero que los medios de comunicación, hagan como todos los años al respecto, su copia y pega de por aquí y por allí y den la información suave y sin importancia, de aquel que nació en… Marín, busca en Google donde nació que ahora toca dar el discurso y me faltan datos. Con lo bien que estaríamos ahora nosotros en Bajo Guía, allí en Sanlúcar, fresquitos y bien atendidos como gusta a los currelantes. Anda, ¿eso no lo cantaba otro defensor de la patria andaluza? Si claro, el de Graná. Pues mira, me lo apunto también para el discurso. Total, si con lo que poco que hay que informar, para que más, si a estos actos van cuatro o cinco; si con la poca importancia que se le da, aquí del Sr. Infante, no se acuerda ni los que recuerdan a Caparros, cada cuatro de diciembre, ni nadie se echa a la calle para conmemorar y recordar su figura.
Y así nos va, andaluces y andaluzas y no hay más cera que la que arde, ni esperen más por parte de las administraciones y los medios de comunicación.
Parece que Blas Infante poco hizo por nuestra tierra. Cuando fue todo lo contrario. Debemos recordar su figura, hacer nuestra su palabra y seguir el camino que dejó aquella noche en el kilómetro 4 de la carretera de Carmona.
Debemos y estamos obligados a darle la importancia que se merece, empezando en las escuelas y enseñarles a nuestros hijos a querer a nuestra tierra, a entenderla como suya, Nuestra patria, nuestra Andalucía, sentirnos orgullosos de lucir nuestra bandera blanquiverde y colgarla en los balcones, sin miedo, como hicieron nuestros mayores.
Andaluces levantaos, pedid tierra y libertad. Andaluces, sea por Andalucía libre, los pueblos y la Humanidad.
Verdaderamente algo no estaremos haciendo bien, desde la poltrona acomodada, cuando son las instituciones las que nos recuerdan este tipo de actos, en breves líneas y con esas migajas, a una parte del pueblo andaluz les vale.