Se trata de documentos del siglo XVIII que testimonian la existencia de la Capilla, una de las más grandes y singulares de la Catedral hispalense
El secretario general de Patrimonio Cultural, Juan Cristóbal Jurado, ha presentado este viernes el ‘Documento del Mes’ del Archivo Histórico Provincial de Sevilla, dedicado a la devoción de la Virgen de la Antigua que hunde en Sevilla sus raíces en el siglo XV. Tanta popularidad alcanzó que los únicos supervivientes de la gesta de la Primera Vuelta al Mundo, Juan Sebastián Elcano y su tripulación, se postraron el 6 de septiembre de 1522 ante la imagen situada en la capilla dedicada a esta advocación mariana en la Catedral de Sevilla.
Jurado, que ha estado acompañado por el director general de Patrimonio, Miguel Ángel Arauz, la delegada territorial de Cultura en Sevilla, Susana Cayuelas, y el director del Archivo Provincial, Braulio Vázquez, ha destacado “la importancia de los documentos expuestos que testimonian la existencia de dicha capilla, una de más grandes y singulares de la Catedral, concretamente en el periodo en el que se lleva a cabo una importante reforma del recinto bajo el mecenazgo del arzobispo de la ciudad, Luis de Salcedo y Azcona (1667-1741), gran devoto de la imagen titular, que lo eligió como lugar de enterramiento”.
Los documentos seleccionados, pertenecientes al fondo documental de Protocolos Notariales de Sevilla, son la Carta de Obligación, fechada el 9 de abril de 1734, otorgada por Pedro Duque Cornejo y Roldán a favor de Luis de Salcedo y Azcona, arzobispo de Sevilla, para la realización de un retablo para la Capilla de la Virgen de la Antigua de la Catedral hispalense, así como las gradas, el pavimento y un sepulcro en ella para su enterramiento; y el testamento de Luis de Salcedo y Azcona, arzobispo de Sevilla, con fecha de 3 de noviembre de 1739.
La advocación de la Virgen de la Antigua se remonta en Sevilla al siglo XV. A partir de la segunda mitad de dicha centuria sus representaciones se prodigaron, llegando a convertirse en un referente en el devocionario popular, auspiciado por las predicaciones de Fray Hernando de Talavera y las medidas de control de la religiosidad de la población conversa tomadas por las autoridades religiosas locales en 1478. Tras el Descubrimiento de América su veneración se hizo universal y su culto fue extendiéndose a las Indias.
En el siglo XVI, la devoción fue extendiéndose a las nuevas tierras conquistadas, mediante el comercio y la emigración, a través de las tripulaciones de los navíos. En dicho periodo también proliferan copias muy exactas, por lo que se localizan en distintos lugares de la diócesis, así como en Extremadura, Castilla y Portugal.
Una de las representaciones más célebres de la Virgen de la Antigua es venerada actualmente en la Capilla homónima de la Catedral hispalense, creada en el siglo XV. Considerada como la más primitiva muestra de pintura gótica andaluza y una de las antiguas de la Diócesis, se trata de una pintura mural de grandes dimensiones realizada en el siglo XIV (años 1312-1318) en el frente interior de un pilar de ladrillo almohade, situado a la entrada de la Capilla de San Pedro, en la antigua Mezquita mudéjar, que ocupaba el espacio de la actual catedral, frente al mihrab. Tanto el muro como el emplazamiento fueron respetados con la construcción de la nueva fábrica gótica a comienzos del siglo XV hasta que, por decisión del Cabildo, el lienzo de la imagen en el muro fue trasladado a su actual emplazamiento, bajo la dirección del arquitecto renacentista andaluz Asensio de Maeda en 1578.
Tras su creación en el siglo XV, la Capilla de Nuestra Señora de la Antigua ha experimentado una serie de importantes reformas, que han alterado su primitiva estructura y ornamentación. Con el cardenal Diego Hurtado de Mendoza y Quiñones se acometieron obras de ampliación y remodelación desde 1486 hasta más allá de la muerte del prelado: se aumentó la superficie, se dotó de una Sacristía de dos plantas y se realizó el sepulcro del prelado, emplazado en el muro izquierdo, obra del italiano Domenico di Alessandro Fancelli (1508-1509).
En 1734, Luis de Salcedo y Azcona, gran devoto de la Virgen de la Antigua, encargó bajó su patronazgo al arquitecto Pedro Duque Cornejo y Roldán la realización de un retablo para la Capilla, las gradas y el pavimento de éstas, así como un sepulcro para el enterramiento del prelado, según traza ya aprobada. Las nuevas obras debían realizarse a semejanza de lo ya existente en el recinto. Finalizaron en el año 1738 y la Capilla reformada se inauguró solemnemente aquel 14 de junio.
El retablo, de jaspe, mármol y bronce dorado parece ser que fue realizado por Juan Fernández Iglesias. La imaginería, en mármol blanco, corrió a cargo de Pedro Duque Cornejo y Roldán. En cuanto al sepulcro, situado en el paramento de la Epístola de la Capilla -muro derecho- fue realizado tomando como modelo el del Cardenal Diego Hurtado de Mendoza y Quiñones (1509). Como éste, se trata de un sepulcro parietal de estilo renacentista, característico del arte italiano. En su testamento, otorgado ante escribano público el 3 de noviembre de 1739 y uno de los documentos que se exponen, manifestó su deseo de ser enterrado en el sepulcro que mandó a realizar en la Capilla a tal efecto.