El Ministerio de Cultura en colaboración con el Cabildo de la Catedral de Sevilla, está llevando a cabo un estudio sobre los cementos utilizados para fabricar las esculturas de Ricardo Belver en la Portada de la Asunción de la Catedral de Sevilla.
En este momento se trabaja en la cartográfia de las patologías de las esculturas.
La Puerta de la Asunción, en la avenida de la Constitución, es la entrada principal a la Catedral de Sevilla. Sin embargo, su terminación no se abordó hasta bien entrado el siglo XIX, por iniciativa del cardenal Cienfuegos Jovellanos. En una primera fase, entre 1827 y 1831, se construyó la portada según un proyecto del arquitecto Fernando de Rosales. Se hizo en un estilo neogótico, con el objetivo de que casara bien con el resto de la catedral y en concreto con las puertas que están a cada lado, la del Bautismo y la de San Miguel, que sí que son góticas del siglo XV.
La falta de presupuesto para continuar las obras hizo que para la decoración escultórica hubiera que esperar aún cincuenta años más. Fue encargada a Ricardo Bellver, uno de los escultores con más prestigio en el país en aquel momento, autor de “El Ángel Caído” que se encuentra en El Retiro de Madrid.
En 1885 terminó la decoración escultórica del tímpano, para el que realizó el conjunto de la Asunción de la Virgen, y en los años posteriores iría realizando la serie de esculturas de apóstoles y santos ubicados en las hornacinas a los lados de la puerta. Se le encargaron un total de 40, pero sólo llegó a realizar 39, ya que, una vez más, el presupuesto se volvió a agotar.