Por Ana de La Peña.
Que el tiempo lo cura todo es una realidad absoluta y que el tiempo en la mayoría de sus estados viaja a nuestro favor también lo es, teniendo en cuenta que después de una gran tormenta llega la calma y al final todo se pone en su sitio y todo vuelve a su estado natural.
Después de dos años de restricciones y de no poder vivir con intensidad la gran mayoría de situaciones grandes e importantes que suceden a nuestro alrededor, soñábamos con la esperada Semana Santa y sobre todo aquí en Sevilla, la gran semana grande de la ciudad, la mejor puesta en escena con la que uno se puede encontrar, tantos y tantos recuerdos de años pasados y tantas vivencias y escenas irrepetibles; sentíamos la necesidad absoluta de volver a experimentar y de volver a sentir algo grande con nuestras tradiciones y con nuestros momentos llenos de sentido y emotividad, y nuestras penitencias y sacrificios interiores y todo lo que ello conlleva. Un ansia y una incertidumbre con lo que nos íbamos a encontrar y un deseo desmedido de que todo volviese a suceder y con un resultado satisfactorio y absolutamente dentro de la normalidad cumpliendo con las normas y sabiendo que ya teníamos la experiencia de tantos y tantos meses anteriores. Ojo! Que bien sabemos cumplir y que seriedad y entrega cuando somos conscientes del sufrimiento pasado y de que era necesario hacer las cosas bien, y ahora desde el paso del gran momento más conscientes que nunca de lo bien que hemos aplicado el sentido común y de la buena organización de todos, cada uno en su faceta de responsabilidad y desde su espacio.
Qué gran semana llena de emociones y momentos y qué espectáculo grandioso. Es algo sin palabras y que duele el alma y el espíritu de tanta emoción y de tanta intensidad, imposible vivir tantos momentos especiales juntos y tener la capacidad de explicarlos, es algo sin palabras que solo puede sentirse y contemplarse de cerca y en presencial, no puede explicarse. Y que gran verdad que todo lo bueno pasa pronto, rápido rapidísimo, y que sin darnos cuenta ya estamos contando los días para la siguiente. Y esto es el devenir del tiempo, y ahora sigue nuestra vida con intensidad y a cada instante una nueva actividad y una nueva actuación, como se ha ido asentando todo y como todo ha cogido forma nuevamente y va transcurriendo con la intensidad esperada.
Ahora la segunda semana grande del año en nuestra ciudad, la esperada Feria de Abril; pasada por el gran buen sabor de boca de La Copa del Rey que nos trajo el pasado sábado 23 de abril el Real Betis Balompié, que espectáculo y que gran variedad de emociones y sentimientos encontrados, merecida siempre y espectacular para el equipo para la afición para la ciudad y para todos. Juntos sumamos. La unión hace la fuerza.
La Feria, Sevilla es Fútbol, La Final de La UEFA, El Rocio, El Corpus, Las Elecciones a La Junta de Andalucía, y tantas y tantas cosas a diario, a cada instante, actos y eventos, agendas repletas, y la intensidad de todo lo que sucede y como sucede.
Y así seguimos con fuerza con ganas con actitud, con deseo de que pasen las cosas, con espíritu de que todo suceda y aprovechando y viviendo al máximo cada instante y cada acontecimiento exprimiendo todo y sacándole el jugo del bueno.
La vida sigue y hay que vivirla.
Haciendo siempre Camino al andar.