Por Diego Jiménez.
Llegó, ya está aquí, ya se huele, es el partidazo por excelencia de la Liga española, el Sevilla-Betis.
¡¡¡ Anda que no se ha hecho de rogar !!!. Casi 90 días para que el fútbol vuelva a aparecer en las portadas de los periódicos e informativos de España para llenar de protagonismo al balompié. Eso sí, descafeinado en las once jornadas que restan hasta cerrar el telón, porque ¿qué sentido tiene el fútbol sin público, sin sus aficiones?.
No hay vuelta de hoja por mucho que entidades como la UD Las Palmas haya solicitado que se permitiera el acceso limitado a su afición, el Consejo Superior de Deportes ha contestado, no es no y fin de la cita, como diría un expresidente de Gobierno.
Lo que ahora me pregunto es, ¿qué derbi veremos y cómo lo pensáis disfrutar?. A lo primero parece que los entrenadores Lopetegui y Rubí están aplicando grandes dosis de psicología y motivación al futbolista para que, sin un alma en la grada, lo vivan a dos mil revoluciones para no perder ni un ápice de intensidad. Lo segundo lo responderían ustedes seguramente, estimados lectores, con una pizca de dosis de “en casita con la familia” o “con los amigos en los bares”, sumándose a la campaña de LaLiga “Volver es ganar”.
Uno tercero el Sevilla FC, otro duodécimo el Real Betis, catorce puntos les separan en la clasificación y tras meses de “bichito”; confinamiento; mascarillas; metros de separación; desescalada, merecido homenaje en señal de duelo por los fallecidos y atípicos entrenamientos por fases, llega un derbi en el que vale de bien poco la etiqueta de favorito, la diferencia de puntos en el panel de la regularidad o como vengas antes de un parón que los de Nervión empataban a orillas del Manzanares en un partido soberbio, y el épico triunfo de los de Heliópolis a los chicos de Zidane y Ramos, con pérdida de liderato incluida en los madridistas.
Valdrá quién mejor se haya preparado en este tiempo de desescalada, de entrenamientos en horario nocturno, el que menos se contagie del síndrome “gradas vacías”, y El que menos vueltas le dé a la cabeza de que “el match” pudiera parecer una pachanga de solteros contra casados.
En 1979 ya lo decía siendo entrenador del Real Zaragoza el serbio Vujadin Boskov en una famosa frase pronunciada en un precario español, “fútbol es fútbol”, que bien podría ir de la mano de otra del mismo autor que reza, “El Fútbol es imprevisible porque todos los partidos empiezan cero a cero”. Reflexiones que vienen de perlas para anunciar, a modo de incesante letanía, en estos días en los que el almanaque camina hacia el ecuador de junio, que un derbi es tan incierto como apasionante y por eso, tal vez, LaLiga lo eligiera como el “caviar” de la cena futbolística de un jueves de Corpus para el estreno del regreso de la Liga, meses después, en la gran pantalla.