El Ayuntamiento de Sevilla, Emasesa, el PCT Cartuja, Gerencia de Urbanismo, la Universidad de Sevilla, el CSIC y la Fundación Innovarcilla, en el marco de la estrategia de impulso de proyectos sostenibles, innovadores y que recuperen espacios públicos para el uso ciudadano, han abierto un proceso de participación ciudadana en torno a la iniciativa Cartuja Qanat. Se trata de una inversión de cinco millones de euros de los cuales el 80 por ciento procede de la convocatoria europea Urban Innovations Action, que va a transformar por completo la Avenida Thomas Alva Edison en la Cartuja. Esta intervención urbana que se enmarca dentro de la estrategia de lucha contra el cambio climático y desarrollo de un modelo de transición ecológica y ciudad sostenible está previsto que se licite este año y se ejecute en 2021.
El proyecto recoge la puesta en marcha de soluciones innovadoras y nuevas propuestas técnicas a través del desarrollo de un qanat (o galería subterránea para captación de agua con origen en Persia en el primer milenio antes de Cristo) bajo la avenida. En la superficie está programado tanto un zoco como un anfiteatro y una conexión entre ambos espacios que permita un sistema de bioclimatización que adapte este espacio al cambio climático. Se trata de un proyecto de transformación urbana innovador a través de cual se fomentará el uso de la calle como dinamizador social, mejorándola e involucrando en esa transformación a todo el ecosistema de la ciudad (agentes públicos, privados y ciudadanos). Una experiencia innovadora de diseño urbano que mejorará el confort ambiental, promoverá el intercambio social y promueve modelos sostenibles de crecimiento urbanístico.
Con el objetivo de lograr que la avenida se convierta en un nuevo espacio de centralidad dentro del parque de La Cartuja, durante el año 2020 se inicia un proceso de participación con el objetivo principal de sumar a empresarios, trabajadores, universidad, estudiantes y residentes en la ciudad de Sevilla en la definición de los usos y el modelo de gestión para la recuperación de esa avenida como nuevo espacio abierto y de uso público del parque de la Cartuja. Para ello, se han habilitado tres vías de participación. La primera será coordinará por el Ayuntamiento y está dirigida a personas empadronadas en la ciudad a través del programa Decide Sevilla. La segunda está impulsada el PCT Cartuja y se destina a empresas del parque científico. Y la última, promovida por la Universidad, se encuentra centrada en profesorado y estudiantes. Este proceso contribuirá a la definición de los usos y el modelo de gestión del espacio una vez que se culmine el proyecto técnico.
El emplazamiento elegido para el proyecto es la calle Tomás Alva Edison, de la Isla de la Cartuja, entre la calle del Agua y la calle Leonardo da Vinci, un espacio que fue urbanizado con motivo de la Expo ́92, y en el que hay actualmente elementos tales como un anfiteatro, un acueducto, zonas verdes, fuentes de agua y pérgolas. El ecosistema que se quiere obtener con el Proyecto Cartuja Qanat para la lucha contra el cambio climático y conseguir el objetivo de una mayor presencia en la calle de los usuarios conquistando espacios nuevos para su uso, se basa en tres pilares fundamentales: el sistema acueducto-Qanat, el zoco y el anfiteatro. Para el desarrollo de este proyecto, actualmente en fase de redacción, se requiere, por un lado, la implantación de nuevos elementos (qanats, zoco, canalizaciones para la interconexión entre circuitos aire/agua, instalaciones auxiliares, etc) y, por otro lado, la modificación de algunos elementos existentes, como el acueducto o el anfiteatro, para adaptarlos a los objetivos bioclimáticos.
El zoco será el elemento principal dentro de los nuevos elementos a implementar en el proyecto y ocupará un espacio central en el bulevar, extendiéndose a ambos lados del acueducto existente, con una superficie aproximada de 750 m2. Será el elemento que concentre la mayor parte de las tecnologías innovadoras, en estrecha relación con el acueducto y los qanats. Se ha previsto su acondicionamiento climático tanto en modo verano como en modo invierno, activándose a partir de una determinada temperatura exterior. Recreará un espacio confortable semienterrado, con una profundidad bajo rasante de 2 metros, mientras que la altura sobre rasante en el perímetro será variable, de tal manera que aproveche, por un lado, las ventajas que corresponden a un espacio semiconfinado para conseguir un mejor efecto de acondicionamiento del aire, al favorecer la conservación de las bajas temperaturas obtenidas de la refrigeración del aire procedente del qanat, con el que estará conectado mediante una serie de conductos. Y, por otro lado, aprovechar las ventajas de la iluminación natural que llegará al recinto al no estar completamente confinado su perímetro, y potenciará en el interior del zoco con la implementación de recursos arquitectónicos y ambientales, como lucernarios.