Garantizando un entorno de máxima seguridad sanitaria, el Teatro de
la Maestranza, que lleva 30 años cuidando de su audencia con
mimo, anima a los espectadores a ocupar su asiento.
El Teatro de la Maestranza ha depositado en esta temporada más
ilusión que nunca. Conciliando el respeto escrupuloso a las normas sanitarias con la máxima ambición artística ofrece una temporada que requiere el apoyo y el compromiso de todos para garantizar la viabilidad de su proyecto artístico.
La Carmen de Bizet, la deuda pendiente del Maestranza con sus espectadores, será esta temporada una columna vertebral sobre la que reivindicar y reflexionar acerca de la presencia de las mujeres en el mundo de la música, la ópera y la danza, pues podrá disfrutarse también de la impresionante Carmen de María Pagés o la bellísima de la Compañía Nacional de Danza.
Y en ópera, también las mujeres, vistas de formas diferentes, tomarán
el escenario del Teatro protagonizando la prodigiosa Così fan tutte,
de Mozart, luciendo uno de los grandes personajes femeninos del
gran Verdi en Un ballo in maschera o convirtiéndose ellas mismas en
las protagonistas de la propuesta más divertida de la reciente ópera
española: Je suis narcissiste. Las presencias, garantía del mejor bel
canto, de Mariola Cantarero –junto a Ismael Jordi- y de Ainhoa Arteta
y Nancy Fabiola Herrera en un duelo de alto voltaje musical, refuerzan
la apuesta por la creación hecha para o desde el corazón de las mujeres.
La danza, ensoñadora o excitante, acrecienta su protagonismo sobre el
escenario del Teatro. Necesitamos liberar nuestro cuerpo que, durante
estos meses, ha sido prisionero. El Kibbutz Ballet, el Ballet de Siena en
un exquisito homenaje a Federico Fellini, cuando se cumplen cien años
de su nacimiento, la deliciosa Giselle de la Compañía Nacional de Danza,
la historia de amor más romántica de la Historia -el Tristán e Isolda de
Wagner- bailada por el Ballet du Grand Théâtre de Genève o el homenaje
del Ballet Nacional de España al gran Antonio Ruiz, celebrando también
su centenario, completan la mayor oferta de danza que el Teatro haya
ofrecido nunca.
Argentina, Noa, Sole Giménez y Pastora Soler son otras seductoras
voces de mujer que nos reclaman su atención en el Teatro, un escenario
vivo donde pueden alternarse Jordi Savall y Pat Metheny con ese poeta
del piano llamado Grigory Sokolov.