Por Virginia López.
- LEÓN
¿Quién no se ha hecho de niño una foto en la fuente de los leones del Parque de María Luisa?
José Gestoso, ceramófilo de pro, diseñó el azulejo de la Puerta del León de los Reales Alcázares donde luce. El periodista José Laguillo abrió una colecta popular con la que se sufragó el monumento a Cristóbal Colón de los Jardines de Murillo, asimismo idea suya, desde que el Rey Alfonso XIII donara a la ciudad las huertas abandonadas del Alcázar. La guasa del pueblo sevillano soltó el siguiente chascarrillo:
¿Dónde está Colón?
Se lo comió el león
El león se ve airoso en lo alto de las columnas y el busto de Colón, mirando hacia arriba, apenas se atisba en la base de la fuente.
El león es símbolo de poder, de fiereza, de lo importante, por eso es símbolo de la monarquía hispana y lo vemos por doquier.
Los vemos coronados en la calle Zaragoza porque según la tradición, en la casa que hubo allí, pernoctó el Rey visigodo Don Rodrigo antes de encontrar la muerte en la Batalla de Guadalete. Y los colocaron en el siglo XVIII en las columnas que rematan la Alameda de Hércules con los escudos de España y de Sevilla
Igualmente suele aparecer en la iconografía religiosa. El León de Judá era el símbolo de esa tribu y el sobrenombre de Jesús, por ser de la estirpe de David. Es el símbolo por antonomasia del evangelista San Marcos, quien comienza con la prédica de San Juan Bautista, la voz que ruge en el desierto y un león aparece en el trono de Dios según el Apocalipsis.
Cambiando el tono, significa la mansedumbre, la humildad y la obediencia. Dulces leones acompañan a las Santas Justa y Rufina y a San Jerónimo.
Si quieren ver un león chiquitin, búsquenlo en la azotea del Muro de los Navarros. Y hasta un Barrio León tenemos, llamado así, a secas, acortando el apellido duplicado de José León León, propietario de la huerta solar del barrio, que ha cumplido cien años sin celebrarse.
Y no olvidemos la importante y prácticamente callada labor social que practica el Club de los Leones, una poderosa ong internacional que ha logrado la conversión de la Casa de los Artistas en Residencia de Ancianos.
- PERRO
Probablemente sea Amadís el único nombre de perro sevillano que conoz camos – más allá del bético Hugo – y acompaña al Maestre de la Orden de Santiago Lorenzo Suárez de Figueroa en su tumba del Panteón de Sevillanos Ilustres, como símbolo de fidelidad.
Un perrillo con un haz de luz en la boca vemos en la portada del Convento de Madre de Dios. Forma parte de la iconografía del fundador Santo Domingo de Guzmán por el sueño que tuvo su madre, la Beata Juana de Aza.
- ARAÑA
La vimos trepar en la Casa de la Ciencia y así llamamos a las grandes lámparas de techo, como la que se salvó del Coliseo y hoy luce en el Teatro Lope de Vega. Nunca entenderé que nuestro teatro principal no se llame Lope de Rueda, actor y autor teatral sevillano del Siglo de Oro.
- CABALLO
Caballos hay muchos en Sevilla. De carne y hueso para un paseo por la ciudad o por el Real de la Feria de Abril y tenemos varios jinetes y una amazona: San Fernando, el Cid, Simón Bolívar, el Explorador (el indio de Kansas City) y la Condesa de Barcelona.
Una semana de julio se ha convertido en la semana de la mascota de las pinturas del Museo de Bellas Artes de Sevilla.
Nos dejamos a las ranas del Parque de María Luisa, los ratoncillos de Clara Campoamor, las tortugas de los niños meones, la casa de las moscas, las hormigas del balcón de la calle Correduría, el cuervo de San Vicente…
10+1. LO DE LA CALLE FERIA
Lo del número 79 de la calle Feria no tiene nombre. Ni explicación. Ni tradición. Ni siquiera es una leyenda. Es una imagen peculiar que colocó el propietario de la casa y en la que los muy observadores han reparado.
Podemos llamarlo el ornitorrinco de la calle Feria.