Gracias Imanol

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Por Ignacio Ayuso.

Se avecinaba un mes de enero lleno de incertidumbre visto lo visto en el primer tercio de liga: una montaña rusa que lo mismo te ponías sexto que te hundías en la tabla al partido siguiente. Irregularidad y debilidad defensiva que no se era capaz de dar con la tecla importante del equilibrio y la regularidad. Un mes que si bien no era muy difícil pues los grandes -Madrid, Barcelona y Atlético- no jugaban contra nosotros, sí venía cargado de partidos, entre liga y copa, con rivales que tenían su peligro –Real, Celta y como no el derbi- y otros a los que había que ganar sí o sí, como el Huesca o los partidos trampa de la Copa del S.M. el Rey. Coincidió además con una plaga de lesiones que se unía a una inacabable lista de positivos en COVID19 que diezmaron el equipo allá por navidades tras el ridículo del partido del Levante. Pero es el Betis… Se aprovechó para dar entrada a los menos habituales, sacar a relucir banquillo, juventud y cantera, y ahí estuvo el gran acierto del míster en dos aspectos fundamentales: estrategia y meter a todos en el equipo.

Hacer una piña de la plantilla al dar cabida a los teóricos reservas y a canteranos convenciendo a las vacas sagradas –Joaquín, Guardado…etc.- que sin ellos también hay Betis, como se demostró en el partido copero con la Real no mas ver como vibraban desde la grada los suplentes, equipo técnico, masajistas, utilleros… todos hecho una piña en cada jugada, en cada “uy” y en cada gol; como corrían a felicitar a Borja Iglesias que ojalá vuelva a ser el gran delantero que fichamos a precio de oro, como, sentado, movía las piernas Guardado de nervios y emoción, como Joaquín se deshacía en gritos de ánimos… ¡Qué lejos de aquella apatía en el último tercio de la liga pasada!

Y estrategia. Ahí la ha bordado D. Manuel Pellegrini. Qué forma de leer los partidos, incluso yendo por detrás en el marcador; tanto en el partido de liga como en el de copa dio una lección a Aguacil, no sin antes, contra el Celta, enseñar a su discípulo, y aprovechar los errores de aquel, que iba de sobrado, para empatar un partido que daba por ganado, sin contar que enfrente estaba el Real Betis Balompié que siempre –no me gusta la palabra nunca-, fiel a su filosofía, lucha hasta el final, resurge con humildad y entrega, sin conformismo y sin bajar la guardia para superar una eliminatoria también cuesta arriba. Para los que no lo hayan aprendido, ahí está el “manque pierda”, no en el conformismo, sino aún perdiendo, siendo leal a unos colores y a un escudo, no se da por vencido, vuelve a levantarse y con constancia y trabajo, peleando hasta el final, no desespera, no desfallece…

. Volviendo a los partidos. Quita del equipo a los Portu, Isak, Oryazabal, al igual que hizo en San Sebastián y la Real, ese gran equipo que siempre me gustó y que estaba realizando un inicio liguero de ensueño y un partido sobre todo allí, excelente y que tras los cambios quedó a merced de un Betis que saca a la vieja guardia –ahora sí míster- convencidos que pueden todavía dar media hora de exquisito fútbol ya que a sus edades no pueden jugar, subiendo y bajando como exige el fútbol hoy, todo el partido.

Chapó míster por convencerlos y por saber hacerlos capitanear desde la grada una plantilla que ahora sí es una piña,… Y gracias Imanol

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