Por Avanti. Contador de Pamplinas.

La vida son más caminos de ida que de vueltas, más paseíllos de novillero que lluvias de almohadas, más encuentros y menos despedidas.

Llevo toda la semana tirando la frontera que mis Jereles tiene para poder acercarme a ver de nuevo a mi gente. Fase 3 la llaman…desde navidades lo llamo yo.

He dejado en la puerta la cuba llena de escombros para que los recojan.

Escombros de cera sin quemar, de incienso sin oler, de zapatos limpios de albero, de copas llenas sin tocar, de horas a cámara lenta, de momentos esperados y dejados pasar sin pena ni gloria, de cumpleaños sin fotos tipo “quillo apretaros que no cabemos”…

Que se lleven los escombros que de hoy no pasa que le quite la denuncia en comisaría al tiempo perdido y le haga una Novena a lo que está por venir.

No es cambiar de provincia para tomar el sol, es cambiar de provincia para apretar a tu sangre y mirarle a los ojos. No es cambiar de provincia por cambiar, es cambiar de provincia para saber que tú no has cambiado.

 Es tener esa sensación que tienen los presos cuando después de ser condenados por un delito que no cometieron (si eres de los 80s lees esto y se te viene del tirón el “Equipo A” a la cabeza) salen en busca del autocar que os lleve a casa…así me encuentro yo hoy.

Que se lleven la cuba de escombros que hoy vuelvo a mi barrio…