Por Raúl Delgado.
No fue que algún padre o madre se levantara una mañana y dijera, vamos a llevar a los niños a participar en el concurso de carnaval de Cádiz; no fue algo que surgiera así sin más, espontáneo y rápido; no fue que alguien dijo, como escribo bien, pues que unos niños me lo canten.
Todo esto, la cantera del carnaval, para verla y sobre todo disfrutarla, tenemos que dejar nuestra ciudad, que carece de toda ella y desplazarnos a Dos Hermanas, la única localidad, que ha llevado chirigotas infantiles, juveniles y de adultos a participar en el concurso carnavalesco gaditano y que son un referente en su localidad, participando en su fiesta de carnaval. Todo ello, concentrado en torno a un barrio, un centro cultural y una peña carnavalesca, todo bajo el mismo nombre, Ibarburu, que ha parido hasta hoy cientos de chirigotas, como aquella de «Los butos arrefinados», «Los feos» o la infantil «Somos del tebeo».
Y para que nada de esto se pierda, para que los más pequeños también se sientan partícipes de la fiesta y con la misma ilusión que sus padres, desde hace unos años, de la propia peña participan dos agrupaciones, una infantil y otra juvenil, en el COAC. Todo ello, nace de Antonio Estepa Cruz «Toni», un queco que hizo caca y no le temió al coco, uno muy feo, musculito y mamón, cuya parienta es una zorra y muy amigo de Marcelino, el del pan y el vino. Y de su pareja de baile, otro «picao» del carnaval, José Manuel Mena García «El Monchi de Ibarburu», presidente de la propia peña carnavalesca de Ibarburu, quien se encarga de ensayar con los más pequeños, esos que siempre encuentra para sus chirigotas.
Una agrupación infantil, «Esta chirigota tiene salero», que hace su debut hace cinco años, convirtiéndose en la pionera, dentro de su modalidad, en cuanto a agrupaciones carnavalescas de Sevilla y su provincia y otra juvenil que lo hace desde el año dos mil diecinueve con «Los que se colocan por primera vez» y un año más tarde «Una chirigota con tabla», son las que han participado en el COAC, así como en el carnaval de su pueblo.
Toda esta cantera va haciendo año tras año, que el carnaval de Dos Hermanas, que tuvo su auge en los años ochenta y su decadencia a finales de los noventa, para luego mantenerse hasta nuestros días, no se pierda, como no se pierden los nervios de esos niños, de esos jóvenes sobre las tablas del Gran Teatro Falla.
Pero no dejen aquí las palabras de este que sabe, que, habiendo cantera, que sabiendo que mientras que «Toni» y José Manuel, junto esos padres que tanto colaboran con ellos, sigan con ese trabajo tan enriquecedor como ellos mismos dicen, siempre les quedará un motivo para seguir haciendo lo que más les gusta, carnaval. Por eso, como un día me dijeron y pude bien disfrutar de los más pequeños, cuando el bicho del virus haya cogido las maletas, no dejen de ir por febrero a Ibarburu y disfrutar de la verdadera cantera del carnaval.
Esque no ay otro barrio como ibarburu gustandole en carnaval aún grupo grande no atodo ibarburu pero tienen una peña que están apostando trabajando bastante por la cantera de carnaval