Por Miguel Ángel Vázquez.
Un vecino le pide a otro que le preste su coche durante una temporada. El automóvil está en mal estado, poco cuidado, a duras penas pasa la ITV. Transcurridos escasos días, el prestatario empieza a recibir las quejas del propietario por lo mal que se encuentra el herrumbroso vehículo, lo acusa de maltratar un bien ajeno y le exige que repare todas las averías y achaques que ha acumulado el coche tras tantos años de abandono y desinterés. El dueño prosigue en semanas venideras con una escalada verbal sin la menor autocrítica a su propia actuación y con acentuada altivez. A la vuelta de tres meses, el vecino devuelve el automóvil en mejores condiciones que lo recibió y agradecido le ruega a su desahogado ‘filántropo’ que no repita los errores del pasado. Lo puso con sutileza ante el espejo de sus errores y sus miserias.
Este relato se podría aplicar a lo vivido en España durante esta crisis del coronavirus. No hay que esforzarse mucho para hacer un paralelismo con la actitud del Partido Popular y sus críticas desaforadas al mando único durante el estado de alarma. Bien como partido, bien desde las autonomías donde gobierna, la derecha ha desempeñado frente al Gobierno el rol del propietario montaraz y displicente, como si ellos nada tuvieran que ver con la situación de deterioro de la sanidad publica o el olvido de las residencias de mayores en determinados territorios, donde han ejercicio de forma exclusiva estas competencias durante treinta años. Y muy especialmente con lo ocurrido en la Comunidad de Madrid, epicentro del drama del Covid en este país.
No por gritar más alto se tiene más razón. Quien actúa de esa forma pretende tapar con el ruido sus propios errores o confundir a la opinión pública después de presentar una hoja de servicios más que deficiente. Como el propietario del vehículo de la fábula, la altanería y el desahogo han caracterizado el comportamiento irresponsable de la derecha en este tiempo de dolor. ¿O es que esperaban que un vehículo mal cuidado puede estar de un día para otro compitiendo en la Fórmula 1? Lo del PP es puro cinismo. De esta pandemia, deberían haber aprendido más de una lección y algo de humildad, empatía y sentido de estado pero su único oferta a este país es la crispación y la soberbia.