Las zonas francas son una realidad con una presencia mundial y resultados significativos que la acreditan como un instrumento eficiente de creación de empleos, generación de intercambio comercial y transferencia de tecnología.
Ahora las zonas francas se enfrentan a un período incierto ya que el Covid-19 dificulta su actividad en todo el mundo. Dado que muchos de ellos dependen en gran medida de la actividad de fabricación y exportación, y por lo tanto no pueden participar en la gran migración hacia el trabajo desde el hogar que se está viendo en otros sectores, las zonas francas enfrentan la necesidad de remodelar y poner en práctica medidas de emergencia para salir de la crisis de Covid-19 intacta.
Las zonas francas han seguido una tendencia de introducción de tecnologías con procesos de producción y operaciones cada vez de mayor complejidad con integración vertical en sus procesos y la diversificación de productos. A su vez, esta situación se ha producido en la oferta de servicios destacándose el desarrollo de puertos y operaciones logísticas.
Una encuesta realizada a principios de abril por el Instituto Kiel para la Economía Mundial (IfW Kiel) en asociación con la Organización Mundial de Zonas Francas (World FZO) que se centra en el impacto de Covid-19 en las zonas francas mostró que, a escala mundial, las zonas están en el extremo agudo de la interrupción provocada por la pandemia. Alrededor del 91% de las zonas francas encuestadas informaron limitaciones a su producción debido a restricciones de cierre.
Según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad), a nivel mundial hay alrededor de 5.000 zonas francas repartidas en 140 países. Su forma varía ampliamente, pero en términos generales, las zonas francas, o, más ampliamente categorizadas, las zonas económicas especiales, son áreas designadas dentro de un país que disfrutan de una reducción de impuestos y medidas para incentivar y atraer negocios.
Un documento del 20 de abril escrito por el Dr. Samir Hamrouni y el Dr. Mohan Guruswamy, director ejecutivo y director de conocimiento del World FZO, respectivamente, destaca la importancia de prepararse para el peor de los casos cuando se trata de la línea de tiempo de la recuperación económica.
“La actividad económica puede permanecer plana durante un período prolongado de tiempo”, escriben. “Abordar tal eventualidad requerirá una mentalidad radicalmente diferente”.
Hamrouni y Guruswamy hacen hincapié en la necesidad de digitalizarse en todas las transacciones, revisar todos los procesos comerciales en cuanto a escala, eficiencia y efectividad, evaluar planes estratégicos a largo plazo y sistemas de gestión del desempeño empresarial, y explorar nuevos métodos de financiamiento, entre otras acciones esenciales para las zonas.