Por Antonio Jiménez-Riquelme
Vaya por delante mi aplauso y consideración al artículo que días atrás escribiera Alejandro Cadenas, ejemplo y orgullo del sevillismo cabal. Y por supuesto ni le quito, ni le pongo una coma a lo que decía en Columnas Blancas. Si no lo han leído búsquenlo porque merece mucho la pena.
Pero quisiera ir un poco más allá en mi opinión sobre el estado de las cosas y cómo se tergiversa todo en esta sociedad o “suciedad” en la que nos tenemos que mover día a día.
Quizás por mis siete años al frente del periódico que creáramos mi compadre Jacinto Angulo Durán y servidor, el que fuera pionero en la información exclusiva sobre el Sevilla Fútbol Club, el añorado por muchos Blanco&Rojo, el periódico del sevillismo, decía que, posiblemente por esto conozca mejor que muchos aficionados al periodismo deportivo sevillano y como en la viña del señor, pues hay de todo.
Se ha instalado últimamente la dictadura del mensaje único (ese que vale si lo dice el periodista medroso, pero que es pura basura si no lo dice él) especialmente en plumillas, micrófono en mano, que se jactan de opinar y poco o nada de informar, y que aprovechan sus altavoces mediáticos para despotricar las más de las veces, contra quienes vamos contracorriente de sus intereses.
Suele pasar que los que opinamos que cuatro familias vendan el Sevilla F.C., para llevárselo calentito es una barrabasada, seamos mal vistos, considerados unos desestabilizadores, unos anticapitalistas o en el mejor de los casos, unos locos voluntariosos…
O sea, que el periodista que ve por el cristal que el poder le ha puesto delante para que todo esté bien, la venta del Club también, critica al que opina, al sevillista que se echa las manos a la cabeza y lo dice, cuando no, te vetan para que no puedas expresarte en uno o dos medios de comunicación locales, que está pasando, simplemente por que su opinión, no interesa… ¿pero a quién no le interesa?.
Llegado el momento y como escribió el maestro Juan Carlos Aragón: Si digo, si hago… si pongo, si quito… si meto, si hablo… todo es criticar y poner falta al disidente, al que piensa distinto, que además, tiene la valentía de dar la cara y no esconderse.
Pero mira por donde, resulta que a los que pensamos que tienen que pasar por encima de nuestro cadáver, antes de que nuestro Club sea vendido a un fondo de inversión, fondo buitre o vete a saber qué… nos venimos arriba y a más presión… más lejos, más alto y más fuertes nos volvemos.
Y aquí estamos y si Dios quiere, lo que nos queda.
¡Viva el Sevilla F.C.! Libre de especuladores y traidores.
P.D.: ¿Hace un año, no estaba ya vendido el Sevilla F.C…? Pues eso.