En el día de hoy se han llevado a cabo las labores de subida de las dos últimas esculturas de las 16 restauradas a sus respectivos pedestales en forma de columna ubicadas en la Plaza de América y que suman 390.000 euros de presupuesto de licitación desde 2017.
El Ayuntamiento de Sevilla, a través del Servicio de Parques y Jardines adscrito a la Delegación de Transición Ecológica y Deportes, ha culminado los trabajos de la última fase de restauración de las esculturas de las Victorias Aladas de la Plaza de América, en el Parque de María Luisa. En esta ocasión, eran cinco de las 16 obras existentes sobre columnas –tres de ellas del artista Manuel Delgado Branckenbury, una de Pedro Carbonell y otra de Lorenzo Coullaut Valera– las que se han sometido a una minuciosa intervención. En el día de hoy, se han subido a sus pedestales las dos últimas esculturas, con lo que el conjunto artístico queda completamente restaurado.
El delegado de Transición Ecológica y Deportes, David Guevara, acompañado por la delegada del Distrito Sur, Marisa Gómez, ha supervisado hoy las labores de subida de esas esculturas a sus respectivos pedestales en forma de columnas que han sido restauradas en los talleres de la empresa especializada Dédalo, Bienes Culturales S.L., adjudicataria del contrato. “Hemos llevado a cabo una restauración integral de restauración de las 16 esculturas, a las que se ha destinado un presupuesto conjunto de licitación de 389.683 euros en cuatro fases de intervención”, ha explicado Guevara.
“Hoy culminamos la última fase de restauración del conjunto de las 16 victorias aladas de la Plaza de América con la elevación de las últimas dos en una de las zonas más emblemáticas de la ciudad, el Parque de María Luisa, con el objetivo de recuperar el esplendor que tenían en la Exposición de 1929 que se suman a un conjunto de obras e inversiones que se han realizado en los últimos años por importe de en torno a 3 millones de euros”, ha agregado Guevara.
En concreto, los trabajos sobre las últimas cinco Victorias Aladas restauradas han consistido en un estudio pormenorizado sobre cada escultura y después la realización tratamientos biocidas, la limpieza mecánica de superficies y química; consolidación para las superficies alteradas; reposición de los morteros en juntas según original; reintegraciones de mortero; cosido y sellado de grietas y pegado de fragmentos, y tratamientos hidrofugantes y antigrafitti, sin que alteren la superficie.
Para las labores de reintegración de piezas perdidas y su reconstrucción, primero se ha procedido al modelado de las mismas en arcilla siguiendo los modelos originales y la realización de moldes en silicona. Después, tras ejecutar las pruebas de color, un taller especializado ha reproducido estas piezas en resina acrílica y fibra de vidrio o material similar resistente a la intemperie y que no presenta reducción de su tamaño al secar. Por último, se han anclado las reproducciones a las esculturas con fibra de vidrio y resina resistente a los rayos UV, se ha procedido a una entonación cromática que iguale toda la superficie tanto de las esculturas como de los capiteles y se han aplicado tratamientos hidrofugantes y antigrafitis.
Entre las piezas perdidas de estas Victorias Aladas destacan cabezas, brazos, alas y coronas, que se han reproducido tras un trabajo histórico e infográfico. En general, todas estas esculturas –al igual que las anteriormente restauradas– presentaban una degradación causada por los agentes meteorológicos, sobre todo humedad y lluvia, que han causado fisuras, fragmentaciones y desgastes de la piedra.
Las Victorias Aladas La Plaza de América fue proyectada por Aníbal González en el año 1912 con algunas variaciones introducidas en 1914. La ornamentación se completa con el conjunto de esculturas de Victorias Aladas, semejantes a las de la Exposición de Turín de 1911, y que rematan las columnas de los ocho bancos corridos que delimitan el amplio espacio rectangular de la Plaza de América. En total son 16 Victorias Aladas, con distintos elementos alegóricos (escudo y espada, corona de laurel, cuerno de la abundancia, antorcha, flores, paleta de pintura, rueda dentada, etc.). Y de ellas, seis las realizó Coullaut Valera, otras tantas, Delgado Branckenbury, y las otras cuatro, Pedro Carbonell.
La importancia de este conjunto escultórico radica en que perpetúa la tradición de las columnas coronadas por estatuas. La piedra es el material soporte de cada una de esas obras, concretamente biocalcarenita de grano fino-medio, roca porosa y no muy cementada. Cada una de las esculturas está tallada en un solo bloque de piedra hasta la peana, a excepción de las alas y, en algunos casos, los atributos que portan, que están realizados en piezas diferentes adheridas mediante morteros y cosidas con grapas metálicas al bloque principal. Todo el conjunto está formado por cuatro elementos diferenciados: basamento, fuste, capitel y estatua.
La Plaza de América está incluida en el Parque de María Luisa, declarado BIC (Bien de Interés Cultural) en 1983 con la tipología de Jardín Histórico.