Por Raúl Delgado.
Diego, aquel pelusa que llegó al Sevilla Fútbol Club y dejó una huella imborrable en nuestra ciudad, dicen que fue el mismo Dios en persona, la sonrisa eterna de aquel pibe, que eligió como compañera de vida una pelota y una cancha de fútbol donde demostrarle su pasión, siendo, tal vez, la persona que transformó el fútbol en ese arte que no se guarda en museos.
Aquí en Sevilla, más allá de los futbolístico, dejó amigos, personas que saben que Diego fue y será siempre inmortal, tal vez porque así, como dicen, los genios nunca mueren.
A uno de esos, que lo seguía allá donde fuera, que lo veía con los ojos con los que sólo se pueden ver a los astros, algo muy dentro le caló y nunca se olvida de Diego, porque más allá de lo futbolístico, lo que más le impactó, fue que más grande era como persona y el trato a los demás.
Les hablo de Matito, donde su casa, su gente, su continente, Argentina y Sevilla, está tan lejos y a la vez tan cerca, todo unido por el hilo invisible de la misma religión Maradoniana, por el mismo sentimiento, Diego, Diego, siempre Diego. Y todo amor, es gesto solidario, humano, como era el pibe, con los que menos tenía y ahora se vuelve al contrario y en solidaridad y homenaje al argentino, Matito ha creado LaterrazaDel10, un lugar de encuentro para todos aquellos que quieran acercarse, para homenajear al pibe y por supuesto, ser un punto de recogida de alimentos, para quien más lo necesite.
Podría ser una terraza de grandes lujos, de excentricidades, pero no, no busquen más que la sencillez de la humildad y la ayuda al necesitado, siempre atento bajo la mirada de aquel que dicen que más amó al fútbol.
Diego y Matito necesitan de nuestra colaboración, si tienes poco, poco; si tienes mucho, mucho. Dar para ser solidarios, porque mañana tal vez, seamos nosotros los que necesitemos ayuda. No esperes más, pásate por LaterrazaDel10, infórmate en @LaterrazaL y colabora.