Por Virginia López.
Hoy viernes 26 de julio de 2024 se inauguran los XXXIII Juegos Olímpicos de Verano de la Era Moderna.
Tenemos la tendencia de llamar Olimpiadas a este evento pero hoy no te acostarás sin saber que el evento deportivo son los Juegos Olímpicos y que al período de uno a otro consecutivo se le llama Olimpiadas.
La mascota que la representa no es un ser humano, ni un animal, ni siquiera una planta. En su día, Naranjito, la mascota del Mundial de Fútbol celebrado en España en 1982, ya se convirtió en una absoluta novedad porque por primera vez la mascota deportiva ni era una persona ni era un animal. Fue un fruto tan sevillano como el naranjo, aunque antropomorfizado, vestido con la equipación futbolística y sosteniendo con la mano izquierda al esférico.
Y muy pocos sevillanos saben que, precisamente el sevillano José María Martín Pacheco fue su creador.
La mascota de los Juegos Olímpicos de París 2024 – tercera vez que los celebra, como Londres, Madrid sigue siendo la única gran capital europea que no logra ser designada, ya ni hablamos de nuestra Sevilla 2004 con el clavel por bandera – es un símbolo francés, orgullo patrio y que forma parte de la Historia europea desde sus orígenes, pero no está popularizado, de ahí la extrañeza que ha despertado.
Es un gorro frigio. Se ha optado por un objeto, humanizado eso sí, que representa a la Revolución Francesa de 1789. Sin ella, habríamos tardado más en deshacernos del ominoso Antiguo Régimen para alcanzar el Liberalismo sociopolítico y la posterior Democracia actual.
El gorro frigio es una especie de capucha, por su forma cónica y cuyo remate cae hacia adelante, a modo de gorro de dormir o de Papá Noel, pero sin borla y de vivo color rojo
Su origen procede de la Antigüedad, de la región turca de Frigia, de ahí su nombre, y en ocasiones ha sido confundido con el gorro pileo, que representaba la manumisión de los esclavos.
En la famosa representación de los Reyes Magos en la Basílica de San Apolinar el Nuevo de Rávena también los lucen, lo que induce pensar en un extendido uso, más allá de su origen y connotaciones.
Será durante la Revolución Francesa cuando su uso se asocia al concepto moderno de Libertad. Cabe recordar que un hito de la Revolución Francesa fue la abolición de la servidumbre feudal.
Si acudimos a la página oficial, en castellano nos presentan por extenso la mascota y su nombre es Phryge olímpica:
https://olympics.com/es/olympic-games/paris-2024/mascot
Un gorro frigio es lo que lleva en la cabeza Marianne, la famosa figura femenina que plasmó Delacroix en su icónica obra La libertad guiando al pueblo – nombrada por Rigoberta Bandini en su peculiar canción Mamá – con un tono apagado porque la vista se dirige a la bandera tricolor que enarbola. Y su apelativo Marianne procede, nada menos, que del teólogo y filósofo político jesuita Juan de Mairena – de quien Antonio Machado toma el nombre como alter ego filósofo – quien fuera profesor de La Sorbona y cuyo pensamiento político, basado a grandes rasgos en la idea del tiranicidio y del derecho a la resistencia a la opresión, resurge en el siglo XVIII cuando los reaccionarios llaman Marianos a los revolucionarios.
Con la caída de la monarquía y la aparición de la República en Francia en 1792, la patria francesa republicana se asocia a Marianne.
En España, tanto la I como sobre todo la II República utilizaron la imagen de la Marianne francesa.
Durante la primera Semana Santa de la I República, en su corta existencia del 11 de febrero de 1873 al 29 de diciembre de 1874, la prensa española lanzó el siguiente bulo:
“La salida procesional de la Macarena ataviada como ¡republicana!”
Así lo anunciaba el diario El Imparcial, haciendo honor a su dudoso nombre:
«Los republicanos de Sevilla se han empeñado en que su cofradía ha de salir en procesión esta Semana Santa, indicando que la Virgen de la Esperanza es republicana y al efecto la han despojado de su corona y adornarán la cabeza de la imagen con un gorro frigio bordado en oro. ¡Pobre Virgen! Los judíos no pusieron a Cristo más que una corona de espinas«.
La Macarena vestida como dama de la República… Con su belleza sin par adelantándose a las damas francesas, bellas actrices y bellas modelos, que fueron nombradas Marianne en el siglo XX. Y cada Presidente francés electo elige la suya.
Pocas veces se lanzó un bulo tan inconsistente de una estampa que jamás se produjo. Pasada la Semana Santa, la prensa sevillana, a través del periódico La Andalucía ponía las cosas en su sitio:
«El corresponsal de El Imparcial ha debido volverse loco. La cofradía de San Gil ha salido y se habrá convencido de que el gorro frigio sólo existía en su imaginación. Las festividades religiosas han pasado sin que haya que lamentar el menor disgusto ni se haya cometido ninguno de esos grandes desacatos e irreverencias que tanto pronostican los enemigos del pueblo«.
¿Y si os dijéramos que en la Hermandad de la Macarena hay una figura a la que sí colocan un gorro frigio en la cabeza?
Se avino en la Semana Santa de 2015 cuando la hermandad decidió recuperar un uso que se había perdido en los años 80 y era colocar un gorro frigio a una figura de hombre judío de su paso de misterio. Según explican en su web, se trata de una prenda confeccionada en tela de soutache negra que lleva incrustadas piedras de azabache, todo ello inspirado en los gorros frigios de tradición sumeria.
Hay leyendas de la Macarena – la del reloj, la del fantasma, la del vino, la del piropo del Padre Cué –, con el gracia y el salero de la tierra, con sus notas de misterio, piedad religiosa e incluso guasa sevillana. Auténticas leyendas que nada tienen que ver con un bulo ajeno a nosotros. Nosotros soñamos con cosas de tu Macarena, mare anoche soñé, cantaba El Pali.