Los mil acentos

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Por Avanti.

Los del paritorio con lágrimas y el epitafio con gracia.

Los que siembran, operan, limpian, dan fe. Los que reparten paquetes y ganan juicios. Los señores, señoritos y gente.

Los quillos y las quillas del otro lado de la frontera.

Los que se encuentran el tiempo perdido de los demás y lo exprimen.

Los que se relían con solo una mirada; los que van al chiringuito y no vuelven; los que piden para compartir; los que se enamoran en la azotea; los que suben para arriba y bajan para abajo.

Los que disparan al olvido y besan el recuerdo.

Los que siempre van camino de algún sitio.

Los de los geranios en las pupilas, los de “vida o vida” en la ruleta rusa del día a día.

Los que en un saludo dan más besos que muchas civilizaciones en toda su historia.

Los que enseñan a vivir aunque les cueste poner siempre la otra mejilla a la burla.

Los únicos que viven dos veces; una aquí y otra en el recuerdo de los demás.

Los que escapan de la mayor de las condenas con tan solo ver amanecer.

Los de la primavera eterna, los del “vámonos a la calle que ya ha escampado”.

Los de los mil acentos que se resumen en uno; el de tu abuela.

Y es que, querido amigo, ser andaluz es no poderse explicar cómo el resto del mundo no lo es.

Esta entrada tiene un comentario

  1. Juani Molero Morales

    Rubio tienes una mezcla de Sevilla, Cádiz y Huelva que a ti sí que te tenían que dar la medalla de Andalucía

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