Por Juan Espadas Cejas. Alcalde de Sevilla.

Estamos inmersos en una Semana Santa distinta, en la que nos estamos encontrando con unas sensaciones que dibujan un panorama muy diferente al que estábamos acostumbrados. Nos hemos topado con una realidad que nunca habíamos imaginado, desconocida y que estamos afrontando de manera desigual.

El desgraciado escenario que está pintando esta pandemia, hace que cada uno vivamos, a veces, nuestro día a día con sentimientos encontrados. La incertidumbre tiene eso. Pero también es cierto que estamos sacando fuerzas de flaqueza para valorar aún más lo que tenemos, lo que significa para nosotros nuestra Semana Mayor y todo aquello que la rodea.

Y hemos aprendido a reaccionar rápidamente, buscando nuevas formas de mostrar nuestra religiosidad, ya sea colgando fotos en redes de nuestra vida de hermandad, retransmitiendo los cultos en streaming, grabando mensajes de apoyo, realizando virtuales itinerarios penitenciales o contando cómo será nuestra Semana Santa de 2021.

A grandes males, mayores fortalezas. Los sevillanos estamos demostrando un gran espíritu de lucha, de comportamiento y, sobre todo, de solidaridad. Y aquí están jugando un papel fundamental nuestras hermandades, las parroquias, las órdenes religiosas, en definitiva, nuestra Iglesia. Es momento de ayudar aún más al prójimo, en la medida de nuestras posibilidades y las que nos deja el estado de confinamiento que debemos
respetar.

Escribiendo estas palabras, me estoy acordando mucho de los gremios que trabajan de forma artesanal para que nuestra Semana Santa sea única. Pero también de los hosteleros, de los hoteleros, de los comerciantes y de todos aquellos que se han visto obligados a dejar su actividad ahora que llegaban nuestras fiestas de primavera, una etapa de inflexión positiva para la economía de la ciudad que se ha visto truncada por este dichoso virus.

Quisiera mostrar mi agradecimiento a los servicios públicos, a las fuerzas de seguridad, a nuestros sanitarios y a todos aquellos que están realizando su actividad en primera línea, para ayudar a los enfermos, para acompañar a las personas que se sienten solas o para cuidar a las que precisan de asistencia.

Quisiera lanzar un mensaje de Esperanza. Sé que a veces nos puede inundar la tristeza, porque lo estamos pasando mal. Y sabemos que el futuro que se avecina no es fácil de afrontar, pero si remamos juntos, aportando todos lo mejor que tenemos de sí, como hemos hecho en otras etapas anteriores, saldremos adelante y la normalidad se instaurará de forma progresiva. En mí encontraréis a un fiel colaborador, que seguirá
luchando por el bien de Sevilla y sus ciudadanos.