Por Antonio Jiménez-Riquelme.

Sí, porque estoy juntando estas letras tras haber soñado esto que les cuento… Ya saben los que me siguen, cada vez más y llevan algunos años haciéndolo, que jamás seré capaz de desear la derrota de mi equipo, para tenerla como excusa y decir críticamente lo que pienso sobre nuestro Sevilla Fútbol Club.

Al contrario, creo que a grandes problemas grandes soluciones y si se ha perdido la confianza en el entrenador, que está claro que la gran mayoría de la afición sevillista lo ha hecho, al mister hay que echarlo aunque haya ganado partidos en un pasado reciente, que los ganó. Como diría aquel, es cuestión de concepto… y no tanto de resultados… o también.

Es verdad que Julen Lopetegui arribó con el pie cambiado a Nervión y que le ha costado en demasía cambiar esa tendencia, tanto que cuando los resultados no han llegado, y su propuesta sólo es el pobre fútbol que hace el equipo, quien no lo veía con buenos ojos ya pide sin disimulo su cabeza. Pero es que hasta los bien pensantes de la causa amarrategui del guipuzcoano, no soportan más que el equipo no juegue a nada, con la mayor inversión presupuestaria de nuestra historia sobre el césped.

Lo dicho, soy de la opinión que hay que destituir a un técnico más por la pérdida de confianza en él, que por lo propios resultados, por muy empatados que estemos con los cuartos y ya fuera del objetivo liguero como nos tiene, pero no me echen mucha cuenta, porque mi pedrá sevillista es importante y desde chiquitito, así será hasta la muerte.

Ya saben lo que se dice de los sueños que se cuentan…