Por Avanti.

Hay que tener mal gusto para que te guste la Feria, con lo tranquilo que se está en casita confinado leyendo la saga del Señor de los Anillos en croata mientras degustas un té del Mercadona con dos gotitas de limón.

La Feria, sin lugar a dudas, es el peor invento de la humanidad. ¿Un sitio al que se va a comer, beber y disfrutar de la vida?. ¿Pero estamos locos?. Para gastar dinero por gastar, hay que tener mal gusto.

Conmigo que no cuenten en ninguna Feria, porque yo prefiero invertir mi dinero en acciones de sociedades extranjeras que reparten suculentos dividendos antes de que en platos de jamón, gambas y jarras de rebujitos.

Qué obsesión tan grande tiene el personal por mancharse los bajos del traje de flamenca de albero, por gastarse la paga extra en talonarios de tickets y por llevarse tres horas para volver a casa en taxi. Me pongo malo solo de pensarlo.

Un lugar donde la gente se agarra bailando mientras se come a besos con la mirada debería de estar prohibido. Desde aquí hago un llamamiento a la Fiscalía General del Estado para que entre de oficio y la Feria del 2019 haya sido la última.

Jamás comprenderé esa necesidad de tener que ir a un sitio a hablar a gritos;  beber más que un cuñao en un chiringuito; comer cada hora como los bebés y recordar anécdotas y pamplinas que hacen que descorches mil sonrisas.

Que no hombre, que no. Que la Feria es algo que no aporta nada a la sociedad. Bueno, si quitas la alegría a granel, el amor, los abrazos, las mujeres de gitana, los niños con el algodón de azúcar, las corbatas de lunares, el brillo de los ojos de las abuelas, los reencuentros y la vida en si .¿Qué te aporta la Feria?

            En fin, que no me lo creo ni yo.

            Y es que querido amigo la Feria es una excusa maravillosa para disfrutar de la vida.

¡VIVA LA FERIA!

PD: ¡COVID CABRÓN!