Por Avanti. Contador de Pamplinas.

   Nuestras barreras son única y exclusivamente nuestras…nadie debería decirnos hasta dónde podemos llegar.

     «No vas a poder»…no qué va, y si no puedo déjame que al menos lo intente y te diga yo que no he podido. El intentarlo es, la mayoría de las veces, más importante que el conseguirlo.

     Y es que un camino andado con ganas suele ser más gratificante que un éxito conseguido por casualidad…y es que no es lo mismo saltar un obstáculo que directamente tirarlo y recoger los escombros.

     Barreras o límites lo llaman. «Ya mismo voy a estar intentándolo» lo llamo yo.

     Que nadie le diga a uno de última de Palio que no puede salir en la primera del Herodes…que nadie le diga a uno de primera de los Caballos que no puede salir en la última de la Cruz de Mayo de su hijo.

     Deberíamos confiar más en nuestras posibilidades, aunque éstas sean «cortitas con sifón». Y es que da igual lo bueno o malo que seas en algo…siempre hay alguien mejor y peor que tú, ¿a qué sí?

     Lo bonito es que te recuerden por los caminos que intentaste andar, no por los caminos que acabaste. Que se acuerden de ti por las botellas que invitaste no por las que te tomaste.

     Un currículum llenos de «no lo conseguí pero al menos lo intenté» debería de valer más que tener idiomas…inténtalo amor y si no lo consigues nos vemos mañana al mediodía para tomar una cervecita a deshora y celebrarlo.