Por Raúl Delgado.

Aunque bien podría ser una receta de El Bar Kiko de la Chari, este pescaito en blanco nada tiene que ver con la cocina y sí mucho con las letras del carnaval de Cádiz. No hace mucho que se decía que ese carnaval era libertad de expresión donde la voz del pueblo toma la calle para expresar lo que siente y con sus letras no deja indiferente a nadie.

Y en la calle se hace libre en la voz de las agrupaciones callejeras y se vuelve silencio para muchos autores, cuando el carnaval se traslada al Gran Teatro Falla, ¿Qué está pasando con la mayoría de esas letras que allí se cantan? ¿Existe la autocensura en muchos autores por miedo al qué dirán? ¿No se canta a algunos temas no vaya a ser que tu actuación de todos los años, en aquel pueblo o ciudad peligre? Son pocos, muy pocos, los autores que sí, que dicen lo que piensan, más allá de quien se pueda sentir aludido, porque cada vez, la piel está más fina a nivel general, donde parece que el número de ofendidos por todo, crece al nivel de entendidos de cualquier asunto que se trate.

Como se dice cada vez más en los mentideros, hay mucho «pescaito en blanco» en la mayoría de las letras que podemos escuchar, muy planas en su contenido, algunas con una voz más discordante que otra, pero más allá del aplauso fácil, poco reivindicativas, que al salir del teatro ya todos se olvidan.

Ya lo dijo aquel coro de Valdés, «… y aprovecho el momento dejando ya esto, pa decir que en el Falla no sabe uno ya que cantar, antes fue la censura, ahora la autocensura, la carguita de Cádiz siempre ha existió y existirá, en mi tierra se ríe uno hasta de sí mismo, de sus problemas, sin fatalismo, ay mi gran teatro como has cambiao, que ahora cantamos amordazaos, que ya mi Cádiz nos es ese Cádiz y que fuera cuna de libertad» o «Su majestad» cuando decía «… pasamos muchos años de dictadura privados de esa libertad y ahora que no hay cadenas, para mi pluma mucha gente la censuran por miedo a lo que dirán, no vaya a ser que se moleste cualquiera y te echen fuera de alguna final»

¿Estamos en unos tiempos donde es mejor quedar bien ante la sociedad para no molestar a nadie? ¿Volverán al concurso gaditano aquellas letras como antaño, de las que no se olvidan y serán por siempre reivindicativas? ¿Volveremos a escuchar letras valientes?