La cruz ha sido objeto de una profunda restauración en los últimos meses por parte de la empresa Dédalo, adjudicataria el contrato de conservación de monumentos, siguiendo el proyecto redactado por Rocío Campos, restauradora y conservadora de bienes culturales; y Elena Belascoáin, historiadora del arte
Hace más de un año un acto vandálico ocasionó daños graves en la llamada Cruz o Crucero de San Lázaro. La Cruz, una obra renacentista del siglo XVI situada en la Plaza de Santa Marta muy cerca de la Catedral, cayó al suelo fracturándose en numerosas piezas.
Estos días, tras un complicado proceso de restauración que ha requerido de técnicas especializadas para reparar las fracturas y devolver a la cruz su esplendor original, vuelve a colocarse en su emplazamiento origianal, un punto de encuentro y referencia para los sevillanos durante siglos.
Gracias a un proyecto de investigación de Dédalo en colaboración con la Universidad de Sevilla y el apoyo del Servicio de Archivo Municipal, se ha logrado reconstruir la historia de la cruz y determinar las características originales de los materiales utilizados. Un análisis detallado de los fragmentos ha revelado que algunas partes de la cruz eran reposiciones posteriores, lo que ha exigido una minuciosa labor de investigación para reproducir fielmente los materiales y acabados originales.