Javier Compás.

En algo más de un mes hará seis años que estuve hablando con Salvador Díaz – Salazar, nieto del fundador de este histórico bar sevillano, para realizar un reportaje cuando entonces dirigía las páginas de El Correo de Andalucía. Estuvimos recordando los viejos tiempos, época de tertulias literarias, de conspiraciones políticas, de reuniones universitarias. Hoy me llega la triste noticia de su muerte.

“La columna”, que está en la entrada, es también el apodo por el que se conoce a una de las tabernas con más solera de Sevilla. Fundada en 1908, son característicos su mostrador de madera, las estanterías donde se guardan viejas botellas, los carteles y fotos antiguas y las grandes tinajas de barro donde se guardaba el vino manchego que trajo consigo el abuelo y fundador, desde Daimiel, Ángel Díaz – Salazar, eso y sus famosas Berenjenas de Almagro. Un bar clásico que con valentía apostó siempre por una cerveza “distinta” en la ciudad, cuantos hemos ido allí a probar su Estrella Damm de grifo y esa magnífica botella verde oscura Doble Malta

Tres meses de cierre, como tantos otros bares del centro, sin terraza, con la acera justa, con una barra larguísima inútil desde que empezó la pesadilla. No sabemos los motivos que han impulsado a este hostelero sevillano a decir adiós definitivo a la vida, el segundo en esta crisis, no sabemos en realidad sus motivos, pero, en cualquier caso, es una muy triste noticia que viste de luto al sector de la hostelería y a todo sevillano que ame su ciudad y sus lugares emblemáticos. Descanse en paz