Sevilla, es esa ciudad tan singular como distinta, donde se convive en una dualidad, tal que solo la entienden los que aquí vivimos. Guste o no, es una ciudad que no cierra sus puertas a lo que venga de más allá de sus límites fronterizos. Y por una de sus puertas, también se coló el Carnaval de Cádiz.
Ya lo hizo a principios de siglo, dando residencia al gaditano D. Antonio Rodríguez Martínez “El Tío de la Tiza, quien diera mayor popularidad al Carnaval de Cádiz, desde la segunda mitad del siglo XIX, a través de su música y sus letras y llevara algunas de sus agrupaciones, paridas en nuestra ciudad, como “Los tontos” del año 1908 o “Los boticarios” del año 1911 a la querida y vecina Cádiz, para participar en su concurso carnavalesco.
También en aquellos tiempos donde imperaba el café de puchero, dando lugar a la aparición de algunas agrupaciones carnavalescas en los antiguos café cantante de la Alameda, donde algunos de sus autores pasaban las noches tras la actuación, en la cárcel, por culpa de esa maldita censura imperante en esos años de dictadura. Y como no, desde la participación de aquellos “Caperucitos enrollaos”, en las tablas del Gran Teatro Falla.
Una participación, que a día de hoy sigue sumando agrupaciones que con más o menos afinación, más o menos calidad y más o menos repertorio, cada año participan en el denominado Concurso Oficial de Agrupaciones del Carnaval de Cádiz, así como en los diferentes domingos de carnaval.
Así es Sevilla, que asume lo de afuera, a veces con error como si fuera suyo y otras con acierto como en algunos de sus barrios, véase San Jerónimo donde año si y otro también, no faltan nunca a su cita con el carnaval.
Y el error viene cuando al creernos comparar, nos topamos con inventos de gaseosa y a más de un listo de turno, le da por querer organizar concursos carnavalescos en nuestra ciudad. De lo contrario, todo este amor por lo que nos trae el levante o poniente, según venga, también hace que cada año sigan organizándose festivales para escuchar esas letras que algunos tatareamos todo el año y que no son más que testigos de aquellos que pasaron a mejor vida y sólo quedan en el recuerdo de las fotografías y los audios.
Así que, querido lector o lectora para que no se me enfade nadie, disfrute del Carnaval de Cádiz, que tanto gusta y nos llega a nuestra ciudad y como dejó escrito el añorado Capitán Veneno, si vas a la Tacita, “ven confesao, con un disfraz y en la cara, dos coloretes pintaos”.
Raúl DG
@Rauldga