Por Raúl Delgado.
Hay letras de carnaval que, según sus autores, las escriben las musas y te las traen las olas de La Caleta, en un atardecer de septiembre (eso dicen algunos, verídico como decía Paco Gandía); otras que salen del corazón, algunas que por más que se escuchen, uno no se entera de nada; que arrancan risas o lágrimas; que se convierten en himno; aquellas que nunca se olvidan, reivindicativas y otras de mosqueo gordo.
Y de una de estas últimas, que tuvo su origen con algo sucedido en Sevilla, vaya todo esto de lo que les hablo. Pongamos encima de la mesa: Año 1981; Teatro Nacional Lope de Vega; primera jornada de carnaval dentro de la “III Quincena de Flamenco y Música Andaluza”; Antonio Martín García; comparsa “Voces negras”, año 1982.
¿Qué pasó en aquellas jornadas del citado año de 1981 en dicho teatro? Que actuaron agrupaciones que ese año, obtuvieron premio en el concurso carnavalesco gaditano: Las chirigotas de San Fernando, “Los Celtas Cortos” (Primer Premio Provincial, con letra de José María Ramos Borrero “Requeté” y Francisco Guerrero Aranda, quien también compone la música) y “Los Pollitos mi compare” (Segundo Premio Provincial, con legra de Juan Rivero Torrejón y música de Enrique Villegas Vélez); la comparsa de El Puerto de Santa María, “Gibraltareños” (Tercer Premio Provincial, con letra de Diego Caraballo Blanco y música de la agrupación) y el cuarteto de Cádiz, “Grandes Relatos” (Primer Premio, con letra y música de Manuel Rosales Romero “Agüillo hijo”).
¿Qué modalidad no estuvo presente? El coro. Esto motivo quejas del comparsista Antonio Martín, escritas en forma de pasodoble para su comparsa “Voces negras” de año 1982:
Sentimiento es la comparsa, la chirigota es la gracia y el buen humor el cuarteto.
El coro, pero si se excluye al coro, yo no concibo del todo un carnaval al completo.
La raíz de nuestro folklore.
Nace de los compases de ese tanguillo
tanguillo que manifiesta lo que es la fiesta.
Tanguillo que fue del pueblo
y que sigue siendo lo que mantiene la tradición, la raíz, cosa nuestra.
Por eso no se comprende, ni creo que tenga excusa
que no estuviera presente en esa muestra andaluza.
Pero tanguillo del alma, tanguillo de mis amores,
tú no debes de preocuparte, porque tu arte está demostrado
cuando arrancas los aplausos, de ese gran público gaditano.
Para que más grandes honores
Al año siguiente, en 1982, ya se pudo ver la actuación de coros de carnaval, en dos citas carnavalescas, celebradas en el mismo Teatro Nacional Lope de Vega.
Actuó, en el mes de marzo, en el “Festival de coros, Comparsas, Chirigotas y Cuartetos”, el coro “Raíces -Antología Carnavalesca” (con la dirección de Joaquín Fernández Garaboa -El Quini)”, que interpretó durante los tres días de festival, un repertorio distinto en cada una de sus actuaciones. Y en el mes de diciembre, dentro de la «IV Edición de las Quincenas de Flamenco y Música Andaluza”; los coros “Entre pitos y flauta” (Primer Premio en el año 1981, con letra de Enrique Láinez Ariza y música de Juan Poce Blanco) y “Pinocho” (Primero Premio del año 1982, con letra de la agrupación y música de Antonio Rodríguez Hucha y José Martínez Medina”.
Así, que una vez más, como diría el Libi, Sevilla tuvo que ser, miarma.