Por AvantiConLaGuaracha® @JosAntonioNez

Primera semana de la vuelta a la rutina. Primera semana donde el mayor de los enemigos es la lucecita roja del “radio despertador”. Esa lucecita roja que, al contrario de los Faros, iluminan el camino para que legañas y bostezos se choquen con nuestro espejo a primera hora.

            Rutinas que nos hacen volver al comienzo del tablero de nuestro particular juego diario… ¿.te has parado a pensar qué pasaría si no tuvieras ese tablero, ese lugar para volver?

            Todos, y todos, tenemos guardado en el bolsillo del pantalón de nuestro sístole-diástole un sitio, un lugar, un momento donde sabemos que podemos volver a volver.

            Ese sitio donde la rutina no es más que una nota al pie de nuestra felicidad. Un lugar donde sabemos que se nos abrirán las puertas de par en par sin preguntarnos nada. Ese lugar donde saben de nuestro ánimo tan solo con vernos caminar.

            Un lugar para volver a ser nosotros mismos, un lugar con una sola llave, una llave a la que no se le pueden hacer copias. Esa llave que llevas colgada al cuello de tu memoria desde que naciste, esa llave: tu llave.

            Diariamente vamos a ese lugar, como hacen los nazarenos de rúan,  por el camino más corto y sin mirar para atrás, y aunque sea por pocos segundos vamos para refrescar nuestro “yo de diario” y recordarnos que somos más que prisas y folios en blanco que hay que rellenar con soluciones para los demás.

            Ese lugar de vuelta no tiene un sitio fijo. Ese lugar de vuelta eres tú cuando quieras y dónde quieras. Ese lugar de vuelta eres tú acordándote la suerte que tienes por tener lo que tienes.

            Sitios que valen siempre la pena… aunque sea solo por unos simples segundos al día.