Por Ignacio Ayuso. Arquitecto.

 La semana pasada hablábamos que aún es temprano para calibrar a nuestro equipo. Han pasado dos partidos más con dos raquíticos puntos ante rivales que a priori, deberían haber sido al menos el doble. Es temprano, insisto; sólo han pasado 5 jornadas y no vale que cunda el pesimismo como se lee en algunas redes sociales, pero convendría arrancar ya. Se podrá justificar que, entre expulsiones y sanciones por ellas habidas, no se ha podido repetir un mismo equipo en estas jornadas. Cierto es, pero sería bueno que al menos con un equipo u otro se viera ya una idea de lo que será este Real Betis Balompié en el deambular por las competiciones, porque hasta ahora se ha visto poco.

           Vienen ahora 6 partidos entre lo que queda de septiembre y octubre donde se alternarán equipos en teoría asequibles (Levante, Eibar y Granada) con otros que darían la medida exacta de nuestras aspiraciones (Villarreal, Real Sociedad y Celta). Once partidos se habrán disputados ya y deberíamos estar en los 16 puntos, lo que significaría sacar en estos partidos 11 puntos…

           El pragmatismo del que se parece hacer gala, alterna con momentos hasta brillantes con otros de pena y susto, con un denominador común: la fragilidad defensiva. Sin un medio centro defensivo de garantías que liberaría a William Carvalho, parece obligado volver al sistema de tres centrales para que el equipo –que no está hecho para correr detrás del balón- pueda tranquilizarse y crear donde tenemos jugadores de sobra para ello.

            Y otra cosa; no es de recibo lo del otro día en Pamplona: de una falta ensayada que sale mal –es una posibilidad- nos monta una contra de seis contra dos, y dos porque Canales corrió como un poseso, al igual que Borja Iglesias y los demás los veías volver a un trote cochinero inadmisible. ¿No se ensaya que una falta o un córner en el que suben los centrales y los medios puede fallarse? Menos mal que apareció San Joel…