Por Diego Jiménez.
¡Oh, capitán, mi capitán! Nuestro azaroso viaje ha terminado;
El barco capeó los temporales, el premio que buscamos se ha ganado;
Cerca está el puerto, ya oigo las campanas, todo el mundo se muestra alborozado, la firme quilla sigue con sus ojos, el adusto velero tan audaz.
¡Oh, capitán! ¡Mi capitán! Levántate y escucha las campanas;
levántate —por ti la enseña ondea— por ti suena el clarín;
por ti son las guirnaldas y festones —por ti se apiñan gentes en la orilla; por ti claman, la inquieta masa a ti se vuelve ansiosa. (…)
Tomo prestado el poema del periodista y humanista estadounidense Walt Whitman en homenaje al que fuera presidente de los EEUU Abraham Lincoln, para rendir homenaje en este Rincón del Periodista de un septiembre que se marcha, a la figura imperial de D. Jesús Navas, eterno Capitán del Sevilla FC.
Recuerdo el artículo, en esencia de despedida, que te rendí negro sobre blanco en las páginas del querido diario Centro Histórico el pasado mes de mayo, tras anunciar que te marchabas de tu equipo del alma, por historias que no vienen al caso.
Cuatro meses han pasado, y tu Luz, sonrisa, sacrificio, entrega y humildad, siguen dejando huella sobre el asfalto de la carretera de Utrera y el césped del estadio que con orgullo lleva tu nombre.
El firmamento fútbol tiene marcado en rojo tu compromiso y profesionalidad, sin mirar ni tu carnet de identidad ni tus constantes dolores físicos. Y es que tu Amor al Sevilla FC es el mejor antídoto para una cadera que te pide a gritos que pares de correr la banda como una gacela; como en la pelota en largo que te pone Nyland ante el Getafe ¡¡¡qué lástima que no fuera a la “jaula”!!!.
Esta semana leía en el artículo que el periodista Sid Lowe escribía en el tabloide británico The Guardian, que tu chispa futbolística toca a su fin y que el adiós sería en la jornada 18, día de la Lotería de Navidad, frente al Real Madrid en el Santiago Bernabéu. En tu mochila, te marches o no, dejas un historial digno de un Óscar tras lograr los máximos títulos como futbolista en casi mil partidos desde tu debut con 19 añitos.
No importa la decisión final que tomes, porque tu huella será infinita como el mayor Guardián de Nervión; el que le pega a la pelota con el alma para ponerla en la escuadra del Gol Norte de Nervión y que los primeros tres puntos se queden en Nervión, besándote el escudo para recordarle al sevillismo que el cariño a unos colores no hay dolor que lo frene.
Y así seguirá siendo con tu caballerosidad y elegancia por bandera y con la eterna energía del 16 a la espalda que también llevó tu querido Antonio Puerta.
“Los más generosos acostumbran a ser los más humildes”, sentencia el filósofo francés René Descartes. Tu generosidad pensando en lo colectivo, el club, el equipo y la afición, por encima de ti, te hacen aún más excelente, Eterno Capitán.
Gracias infinitas por tu Grandeza.