El mítico Bar Santa Ana, situado en la calle Pureza nº 82, en la esquina más trianera de Triana, con todos los respetos para la Plaza del Altozano, despidió ayer por jubilación a José Cárdenas.
Don José Cárdenas, Pepe para sus parroquianos y una autoridad para sus vecinos, se despidió oficialmente del bar Santa Ana. Un negocio situado en La esquina de la calle Pureza, frente a la Casa de las Columnas y la Parroquia de Santa Ana, por la que cada mañana de Viernes Santo se ofrecían cajillos de cervezas y cafés a los costaleros de la Hermandad de la Esperanza de Triana. Como cada día del año…
Porque Pepe siempre ha sido el más generoso para con los de su Hermandad y para quien no lo era, pues también. Tras casi sesenta años tras la barra del Bar Santa Ana, Pepe Cárdenas dice adiós para volverse un poco más generoso consigo mismo y con los suyos y, con nostalgia pero también con alegría, muchos fueron los que lo acompañaron en su adiós oficial.
Entre los más destacables para rendir honores a este queridísimo hostelero estuvieron el alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, la delegada del Distrito Triana, Encarnación Aguilar, y el hermano mayor de la Esperanza de Triana, Sergio Sopeña.
Muy emocionado, Cárdenas descubrió un azulejo conmemorativo en el que se le recuerda «en reconocimiento a toda una vida de trabajo, entrega y amor desmedido para con las gentes de este bendito barrio donde habita la Esperanza».