Vivir con compasión

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Por Diego Jiménez.

“El que vive sin servir, no sirve para vivir”, decía con sabiduría la Madre Teresa de Calcuta.  

Esta semana, como cada 4 de febrero, me visto de rosa, uno mis manos, miro al universo y en silencio rindo homenaje a todas las mujeres y hombres del mundo que miran a los ojos al cáncer.

Personas que viven su día a día con inmensa valentía, una enorme dosis de resiliencia y son ejemplo de vida y servicio a los demás, demostrando que el instante es lo que importa, compartiendo bondad y entrega hacia las personas que les rodean.

Me he abrazado a esas personas que de la noche a la mañana han recibido la noticia de tener que hacerle frente a una enfermedad que no pide permiso para entrar en tu casa; que te obliga a resetear  mente, cuerpo y vida, cuando se escribe en rojo en el calendario de sus vidas.

Marían Rojas Estape en uno de sus pódcast en Spotify sobre ¿Quién nos ha robado la mente? – muy recomendable – dice que la sociedad de hoy “vive una vida intensa y más agitada que provoca una pérdida de la paz interior. Hemos perdido la capacidad de parar, profundizar, contemplar, observar y prestar atención; algo ideal para la salud física y psicológica”.

Esta reflexión de la prestigiosa psiquiatra madrileña debe ser el vademécum de las personas que padecen cáncer, además de hacer del miedo un aliado en lugar de un enemigo.

Hace algún tiempo descubrí, gracias a algunas personas maravillosas que he encontrado en mi camino por la vida, a una de las mentes más brillantes del universo, el doctor David R. Hawkins que en su libro sobre la sabiduría explica los 9 fundamentos del crecimiento espiritual consciente.

Permítanme que me detenga en el octavo, donde asegura que cada persona “tiene que entender su propósito y su objetivo, y hacerse cargo de sus defectos. Todas las emociones negativas van juntas y ocurren al mismo tiempo; el enemigo al que odiamos es la proyección de nuestro propio lado oscuro y la responsabilidad moral es la razón por la que la mayoría de la gente tiene miedo de morir. La vida fluye como energía”.

La vida debe fluir como energía, con serenidad, tomando conciencia de la enfermedad con el mayor amor posible.

Este Rincón de febrero está dedicado a la memoria de personas que como Isa, hicieron de su vida y la de los demás, un regalo de sonrisas, amistad e infinito Amor.